martes, 13 de enero de 2009

Los animales del zoo sobreviven al terremoto en Costa Rica

VARA BLANCA, 13 enero 2009 (AFP).- La furia del terremoto que dejó al menos 17 muertos en Costa Rica y provocó grandes daños materiales, no pudo con las vitrinas del serpentario de los Jardines de las Cataratas, donde ranas, monos, aves y mariposas siguen impávidos en sus jaulas.

"Ni siquiera hay reventazones (grietas)" en las urnas de cristal que encierran a tan peligrosos reptiles, aseguró el gerente del complejo turístico, Roy Torres. "¡Ha sido un milagro!", concluyó.

El serpentario, que al igual que el resto de los edificios y atracciones está cerrado a cal y canto, alberga 28 especies de serpientes, algunas tan peligrosas como la coral, la terciopelo, la 'matabuey' o la 'manodepiedra', explica a la AFP Eduber Alfaro, uno de los pocos guías que permanecen en el hotel.

Sólo un par de monos araña salieron de su jaula, que permanece abierta, pero volvieron porque ahí tienen comida. En la calurosa mañana del sábado, se regodeaban al sol encima de la malla que hasta hace dos días era su casa, mientras las bellas mariposas morfo revoloteaban por los jardines del parque.

También siguen impávidas a cuanto les rodea las 160 aves, de 60 especies, del zoo. "Ayer (viernes) se las alimentó", explicó este joven guía de 23 años, que se encontraba en el lugar en el momento del terremoto. Sólo un tucán, en zona de cuarentena antes del sismo, andaba libre por el parque, aunque cuando veía a alguna persona se acercaba en busca de comida.

Alfaro relató que segundos antes de la sacudida, las aves de esta inmensa jaula tan alta como un edificio de dos plantas, empezaron a volar despavoridas, mientras que los monos enloquecieron. "Fue aterrador", explicó el joven. Después vino lo peor: "la sacudida nos elevó medio metro por encima del suelo y todos aparecimos caídos por el piso", explicó el guía frente a unos colibríes volando de flor en flor, en medio de la extraña calma de este lugar exuberante habitualmente lleno de gente.