LAS VEGAS, 04 febrero 2009 (AFP).- Las Vegas, conocida como la capital del juego en Nevada (oeste de Estados Unidos), espera lanzar el año que viene un gigantesco museo de la mafia, criticado por proponer una visión romántica del crimen organizado pero que, según el alcalde, atraerá a muchos turistas.
El proyectado Museo de las Vegas sobre el Crimen Organizado, que costará unos 50 millones de dólares y se inauguraría en 2010, será el primer centro que examinará el complejo papel de las familias de la mafia en la historia y en la cultura de Estados Unidos, así como la trayectoria de los agentes del FBI que lucharon contra el crimen organizado.
Los visitantes verán sus fotos en las listas de sospechosos, podrán intervenir los teléfonos de sus amigos o formar parte de una falsa fila de identificación de sospechosos de la policía, dijo el director creativo, Dennis Barrie.
El museo será instalado en un edificio de cerca de 4.000 m2 que en 1950 albergó el comité de investigación del Senado sobre el crimen organizado, encabezado por el senador Estes Kefauver.
El alcalde de las Vegas, Oscar Goodman, ex abogado que defendió a varios mafiosos en los años 70 y 80, tuvo la idea de conmemorar este aspecto de la historia. "Nadie vendrá hasta Las Vegas para ver pinturas, tampoco vendrán a ver acuarelas, porcelana, o trenes en miniatura", dijo Goodman. "¿Que les podría interesar? (...) Algo que está realmente lleno de historia, que nos hace únicos y distintos de otras ciudades (...) y me dije ¡un museo de la mafia! Y creo que era algo obvio", expresó el alcalde.
Pero la idea tiene sus detractores. El alcalde reconoce que la comunidad ítalo-estadounidense se ha mostrado alarmada ante la idea y algunos consideran que el museo acabará glorificando actos criminales. Donald Campbell, un ex fiscal federal que ayudó a quebrantar el dominio que ostentaba la mafia en Las Vegas en los años 1980, señaló que el museo "es mala idea, se trate de la mafia o de bandas actuales". "No me parece que debamos, nunca, ver con romanticismo una actividad criminal", estimó.
Para acallar las críticas, Goodman contrató a una ex agente del FBI, Ellen Knowlton, para que presida el consejo no lucrativo del museo y quien consiguió que la agencia federal ofrezca piezas de evidencias para su exposición.
El proyecto irrumpió en el debate nacional cuando Goodman lo incluyó el mes pasado en una lista de planes locales que, según él, deberían recibir fondos federales.