MADRID, 29 junio 2010 (EFE).- Mientras Napoleón Bonaparte conquistaba territorios no disponía de una bañera, entonces su mujer, María Antonieta, le introdujo en el hábito del "agua de colonia sin fantasía" de la casa parisina de Jean Marie Farina.
Una colonia que produce en la actualidad Roger&Gallet, los que fueran maridos de las herederas de la casa Farina, señaló en una entrevista con Efe Catherine Chevallier, comisaria de la muestra "Roger&Gallet: el arte del perfume de 1862 a nuestros días", que acoge el madrileño Museo del Traje.
Desde mañana y hasta el próximo 3 de octubre, la historia de la firma Armand Roger & Charles Gallet es contada con "alrededor de 250 piezas" que datan de "entre 1802 a 1960", indicó Chevallier.
Desde el agua de colonia que usó Napoleón Bonaparte (1769-1821) hasta lapiceros para destacarse las venas, pasando por cajas de jabones y maquillajes que se vendían perfumados con las mismas esencias son algunos objetos que despiertan la curiosidad e incluso el cotilleo del visitante.
Bonaparte, de quien no se sabe si olía bien o mal a ciencia cierta, usaba la colonia "sin fantasía", una esencia de flor de azahar, bergamota y cítricos, es decir, que da "un olor a limpio" y es fabricada en la actualidad por Roger&Gallet.
Denominado "Rollo del Emperador", uno de los botes que se conserva con la colonia napoleónica data de principios del siglo XIX, es de cristal verde y forma alargada porque Bonaparte lo llevaba en una de sus botas mientras montaba a caballo.
Este es un ejemplo de la relevancia de la casa Farina que se fundó en 1709 y proveyó de aromas diversos a las principales casas reales europeas, entre ellas, la Corte española.
Otra curiosidad es un lapicero que inventó Roger&Gallet en el que había tres minas: una negra, para pintarse la raya de los ojos; otra roja, a modo de carmín, y una azul, para trazar o remarcar las venas de los brazos y así "demostrar la transparencia y la blancura de la piel como símbolo de prestigio social", señaló la comisaria.
También se pueden encontrar los primeros envases de gomina "Tenax", que usaron las mujeres que querían "vestir como los hombres" antes de los años 20, y decenas de cajitas para perfumes o maquillaje de Roger&Gallet.
De esta manera, la exposición denota que Roger&Gallet evolucionaron rápidamente debido al auge de la Revolución Industrial y a la liberalización de la mujer, que se tradujo en conseguir nuevos productos y el diseño de los envases.
Uno de los puntos fuertes de Roger& Gallet es la "armonía" del oler bien, es decir, que el maquillaje y el perfume que use la clienta fuese el mismo para evitar cualquier disonancia olfativa, afirmó Chevallier.
Y esa delicadeza por la armonía de aromas, lo tradujo Roger& Gallet en sus cajitas diseñadas al estilo Art Nouveu para su afamado jabón redondo y perfumado con "Viollet de Jubilée", una esencia de violetas que marcó un antes y un después en la historia del perfume.
La violeta, que es la flor del amor en Francia, "no se puede destilar", por lo que sólo se logró su perfume cuando "a finales del siglo XIX" esta firma halló "la molécula química que reproduce el aroma de violeta", explicó Chevallier.