MADRID, 6 julio 2007 (ABC).- La revista «National Geographic» se ha hecho eco de un estudio que concluye que las lágrimas de los ratones producen una feromona sexual llamada ESP1. Esta sustancia química sirve para atraer a las hembras de su especie.
El estudio demuestra por primera vez que estas feromonas actúan "a nivel cerebral", según uno de los autores del estudio, Kazushige Touhara. Así, los ratones macho segregan las lágrimas y con ellas cubren todo su cuerpo y su nido. Cuando las hembras tocan a un ratón o acceden a su 'territorio', la ESP1 entra por un órgano nasal llamado vomeronasal, donde la feromona cubre un receptor proteínico.
Es entonces cuando la feromona llega al cerebro de la hembra, cuya probabilidad de sacar adelante las caderas y alzar la cola, propia del apareamiento, crece el triple. Esta postura es muy usual en muchos animales.
Este descubrimiento puede ser de mucha utilidad para controlar la población de ratones. Incluso, el equipo de Touhara ha desarrollado una patente de esta investigación, pues puede servir como una herramienta eficaz para incrementar las labores de apareamiento entre los ratones de laboratorio.