domingo, 4 de julio de 2010

Muere atropellada una mujer que estaba sentada en la terraza de un bar

MADRID, 4 julio 2010 (El País).- Insólito atropello mortal a la luz del día en Barcelona. Una mujer de 40 años, E. G. P., falleció ayer a mediodía al ser arrollada por un vehículo cuando se encontraba sentada en la terraza de una cafetería de Barcelona. El accidente se produjo a las 13.27 horas en la confluencia del paseo de Sant Antoni con la calle de Santa Caterina. Por causas que se desconocen y ante la perplejidad de las personas que se encontraban en la zona en aquel momento, un vehículo subió a la acera y empezó a realizar extrañas maniobras.

Los testigos presenciales explican que el vehículo topó contra un semáforo, pero que eso no le impidió reanudar la marcha encima de la acera y continuar circulando. Manuel Jiménez, el propietario de la cafetería, que tenía varias mesas en la acera, increpó al conductor del vehículo por su comportamiento y este, en lugar de deponer su actitud, aceleró contra él con la intención de atropellarlo y contra las mesas y los clientes que se encontraban en la terraza del establecmiento.

El propietario de la cafetería tuvo tiempo de alertar a los clientes de las intenciones del conductor temerario. Siete de ellos pudieron escapar del vehículo y ponerse a salvo, pero una mujer salió corriendo y se puso en el radio de acción del vehículo, que la embistió mortalmente.

Unos minutos después de producirse el siniestro, el conductor del automóvil, S. F. R., de 66 años, fue detenido por la Guardia Urbana. Con anterioridad mostró una gran resistencia, hasta el punto de que varios agentes tuvieron que emplearse a fondo para conseguir que saliera del vehículo.

Fuentes policiales explicaron que el hombre se mostró muy nervioso y exaltado desde el primer momento y que incluso intentó agredir a uno de los sanitarios que se desplazaron al lugar para atender a los posibles heridos.

Tras la detención, el conductor fue sometido a una primera prueba de alcoholemia, que arrojó un resultado positivo. Por ese motivo, los agentes intentaron de nuevo una segunda prueba para que quedara constancia oficial de los índices de alcohol y poderlos certificar en una pegatina que emite el alcoholímetro e incorporarla así al atestado policial que se remite al juzgado. Fue entonces cuando el acusado se negó de manera categórica a someterse a esa segunda prueba de alcoholemia.

Por todo ello, el conductor quedó detenido en las dependencias policiales acusado de un delito contra la seguridad vial, por negarse a la citada prueba con el etilómeto; otro de resistencia a la autoridad, al negarse a salir del vehículo, y, lo que es más grave, un delito de homicidio imprudente que costó la vida a una mujer que estaba plácidamente sentada en la terraza de la cafetería. Anoche se desconocía cuándo pasaría a disposición judicial el detenido.