NIIGATA, 2 agosto 2010 (Reuters).- Mientras los dos toros se enfrentan uno contra el otro empapados en sudor y con los ojos inyectados en sangre y espuma saliendo de la boca, el árbitro grita "¡empate!" y llega el momento de la verdad para los "separadores de toros" japoneses.
Mientras las sangrientas corridas de toros están en España bajo el escrutinio de los grupos de defensa de los derechos de los animales y los políticos, esta modalidad en el norte de Japón está ganando en popularidad mientras los aficionados jalean tanto a los toros como a los valientes hombres que interceden en la partida antes de que los animales resulten heridos.
Cada contienda de "tsuno-tsuki" comienza con 20 separadores de toros "seko" que guían a los animales mientras se enfrentan en un ring. Pero después de pocos minutos de forzar los músculos y de cornadas, el árbitro termina el combate antes de que se derrame sangre.Los "seko" demuestran después sus habilidades mientras atrapan a las enérgicas bestias, que pesan más de una tonelada, por sus piernas traseras con una cuerda y las separan, a menudo arriesgando sus vidas.
"No puedo imaginar una masacre en nuestro ring", dijo Haruji Matsui, un veterano del combate procedente de la pequeña aldea de Yamakoshi en Niigata, al norte de Japón, mientras sorbe té helado entre los toros antes del comienzo de las peleas.
"Crecimos con ellos compartiendo el mismo suelo".
Los agricultores más viejos de Yamakoshi hablan con afecto de los toros, recordando los tiempos en los que los animales eran necesarios para mover las provisiones y para ayudar en el campo.
"Los tratamos como a nuestros hijos", dijo Fumihiro Aoki, un agricultor de arroz de 80 años, que comenzó como "seko" hace 65 años.
"Llamé a mi toro como a mi hijo más joven, Mitsuru. Ama como un humano, se comporta como un perro grande e incluso reconoce el sonido de un motor cuando vuelvo del campo".
El "tsuno-tsuki" está inmerso en la cultura japonesa, y en su comienzo se espolvorea sake en la arena.
"El mismo ritual se lleva a cabo durante los combates de sumo para alejar los espíritus demoniacos ya que los combates tienen un significado semirreligioso", dijo el profesor de la Universidad de Tokio Yutaka Suga, investigador de la tradición deportiva y propietario de un toro.
Las peleas de toros se celebran en todo Japón, y las más famosas son las de la isla de Okinawa, en el sur.
"Pero nuestra zona es especial", dijo Matsui con orgullo, mientras miraba a otro par de toros con una chispa en los ojos.
"No sólo es aquí donde terminamos los combates en tablas, sino que también a diferencia de otras partes de Japón, no hacemos apuestas".
Según el profesor Suga, Niigata es el único lugar del mundo donde las peleas de animales acaban en tablas.
El mayor desafío al que se enfrenta el 'tsuno-tsuki' es mantener el creciente interés en el deporte que fue nombrado "propiedad cultural importante" por el Gobierno japonés en 1978.
Video: Pelea de toros en Japón (2008).
Foto: Mientras los dos toros se enfrentan uno contra el otro empapados en sudor y con los ojos inyectados en sangre y espuma saliendo de la boca, el árbitro grita "¡empate!" y llega el momento de la verdad para los "separadores de toros" japoneses. En la image, un "Seko" (en el centro), que separa los toros de pelea en Japón, vigila con atención a los dos toros durante una pelea de "Tsuno-tsuki" en la localidad de Yamakoshi, en el norte de Japón, el 1 de agosto de 2010. Mientras las sangrientas corridas de toros están en España bajo el escrutinio de los grupos de defensa de los derechos de los animales y los políticos, esta modalidad en el norte de Japón está ganando en popularidad mientras los aficionados jalean tanto a los toros como a los valientes hombres que interceden en la partida antes de que los animales resulten heridos. (REUTERS/Antoni Slodkowki)