miércoles, 17 de noviembre de 2010

33 mujeres, encerradas en una mina de Chile como protesta

SANTIAGO DE CHILE, 17 noviembre 2010 (BBC).- En el sur de Chile, 33 personas quedaron encerradas en una mina... pero, esta vez, por voluntad propia. Un grupo de mujeres eligió atrincherarse a 900 metros de profundidad en el yacimiento carbonífero de Lota, en la región sureña de Bío Bío, a modo de protesta.

Y reclaman que el gobierno les brinde una solución urgente, del mismo modo en que se ocupó de la suerte de los 33 mineros atrapados en un derrumbe en el yacimiento de cobre de San José, el pasado 5 de agosto, rescatados 69 días después en un espectacular operativo.

¿El motivo de la protesta? Las 33 mujeres piden por sus empleos. Hasta hace poco, integraban el Cuerpo Militar del Trabajo, un organismo dependiente del ejército chileno que realiza tareas de asistencia social.

Con la medida de fuerza, pretenden que se restituya el programa de emergencia, financiado con recursos fiscales, que generó fuentes de trabajo en la zona tras el terremoto que sacudió a Chile en febrero pasado.

Junto a "las 33", resultaron despedidas otras 9.500 personas en otras zonas del sur de Chile, la porción del país que ha sido más afectada por el sismo y el posterior tsunami.

Sin trabajo

Las mujeres fueron declaradas cesantes en una oleada reciente de despidos, pero éstos no fueron los primeros en los programas fiscales establecidos en las regiones de Maule y Bío Bío.

Hace unas semanas, otras 8.000 personas quedaron allí sin trabajo, en un área que está catalogada como una de las más pobres de Chile.

Los planes de trabajo se habían implementado después del 27 de febrero, cuando el terremoto de 8,8 grados en la escala de Richter dejó poblaciones enteras derrumbadas y sin recursos.

En las zonas devastadas, tenían por fin generar mano de obra para ayudar en la remoción de escombros y las tareas de limpieza y reconstrucción. Al principio, beneficiaron a más de 12.500 lugareños.

Ahora, la protesta subterránea de las 33 mujeres busca que el programa sea reactivado y contemplado en la partida presupuestaria de 2011, que está en pleno debate parlamentario en el Senado chileno.

Según anticiparon, si no logran una respuesta satisfactoria antes del miércoles comenzarán una huelga de hambre por tiempo indeterminado.

Mina abandonada

Para poner en escena su reclamo, las manifestantes eligieron un número simbólico, el 33 de los mineros de Copiapó, y un entorno también altamente cargado de significado, después del rescate encarado por el gobierno del presidente Sebastián Piñera y televisado al mundo entero.

Aunque la mina de carbón de El Chiflón del Diablo, donde se hospedan, no es un yacimiento activo sino un paraje en una ruta histórica patrimonial que funciona, desde hace años, sólo como atracción turística.

Las mujeres esperan que las autoridades respondan "igual como a los mineros de Atacama". También pidieron la mediación de la Iglesia católica y solicitaron reunirse con el obispo de Concepción, Ricardo Ezzati.

"Hemos hecho muchas cosas para que nos tomen en cuenta, pero el gobierno no nos ha escuchado, así que nos están forzando a tomar estas medidas de fuerza", declaró Brígida Lara, una de las voceras del grupo que permanece en la superficie y dialogó con el diario La Tercera.

Según reportó la prensa local, en el exterior del socavón hay un centenar de personas congregadas para respaldar la medida de fuerza.

Sin embargo, los responsables de los servicios turísticos abogan por un cese de la toma forzada de El Chiflón.

"Tiene que terminar en forma pacífica para evitar destrozos y daños a un recinto histórico", señaló Javier Matamala, gerente del Circuito "Lota Sorprendente", en el que se incluye la mina en cuestión.


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Foto: AFP