BUENOS AIRES, 12 noviembre 2010 (El Clarín).- Después de estar dos días de viaje por razones de trabajo, el hombre llegó a su casa cansado. Apenas entró le llamó la atención que ni su mujer ni su hijo estuvieran para recibirlo. Pensó que habían salido a hacer alguna compra y mientras esperaba que volvieran fue a la cocina, se hirvió unos fideos y comió. Luego fue a ver a una vecina y le preguntó si había visto a su mujer. La respuesta fue negativa, entonces volvió y entró a la habitación matrimonial. Pero cuando abrió el placard para guardar la ropa, se encontró con una imagen horrorosa: el cuerpo de su mujer, asesinada a golpes, envuelto en frazadas.
Fuentes policiales dijeron a Clarín que la víctima tenía 63 años y que su cadáver fue hallado el lunes a la tarde en el PH de Parque de los Patricios donde vivía la familia. Si bien en la casa faltan algunos electrodomésticos, los investigadores del caso creen que el asesino es del entorno de la víctima.
Según los peritos policiales, la mujer, identificada como Rosa Santa Umeres, fue asesinada a golpes 48 horas antes de que fuera hallado su cuerpo, es decir el sábado. Hasta anoche no había detenidos por el caso.
La mujer, junto a su marido y su hijo de 22 años, vivían en el departamento 6, de un PH ubicado en la avenida Brasil al 3000, entre La Rioja y Urquiza.
El marido de Umeres declaró que el lunes llegó a su casa al mediodía y le llamó la atención que no hubiera nadie. Pero como tenía hambre y no sospechó nada extraño se hizo algo de comer mientras esperaba que alguien llegara.
“Después de almorzar, el marido de la víctima, ya un poco preocupado por no tener noticias de su familia, fue a tocarle timbre a una vecina para preguntarle si sabía algo de su esposa y su hijo. Pero la mujer le contestó que no. Al volver a su departamento, fue cerca de las 15.30 cuando encontró el cadáver en el placard”, contaron las fuentes policiales.
Al descubrir el cuerpo, el hombre primero llamó al SAME y luego a la Policía. Un rato después, cuando llegaron los médicos sólo pudieron constatar que la mujer había muerto.
Al momento de ser hallado, el cadáver de Umeres estaba envuelto con dos frazadas. La mujer estaba vestida y no tenía signos de haber sido abusada. En la cara se veían rastros de algunos golpes. Según las primeras pericias habría muerto de un golpe en la cabeza.
Según los investigadores, los vecinos de los departamentos linderos al de la víctima declararon que la mujer fue vista por última vez el sábado al mediodía , y algunos de ellos resaltaron que ese día se escucharon algunos gritos y una fuerte discusión.
Al revisar la casa junto al marido, los agentes de la comisaría 32° constataron que faltaban algunos electrodomésticos .
“La casa no estaba revuelta y ninguna de las cerraduras había sido forzada. Tampoco había ventanas rotas. Es muy difícil saber si el atacante se llevó dinero, pero lo que sí es seguro es que el asesino entró a la casa con el consentimiento de la víctima. Creemos que entonces se generó una discusión que derivó en el crimen”, confió a Clarín uno de los investigadores.
A simple vista los policías no hallaron manchas de sangre en ninguno de los ambientes de la casa, por lo que se presume que el asesino se tomó su tiempo para limpiar la escena del crimen tras esconder el cadáver en el placard.
Según la agencia Télam, el hijo de Umeres tenía una relación conflictiva con sus padres. Hasta anoche, policías de la comisaría 32° estaban tratando de localizarlo para entrevistarlo, pero no habían podido hallarlo.
Fotografía: El Clarín