VALENCIA, 15 didiembre 2010 (EFE).- Investigadores del Oceanogràfic y de la Universidad Politécnica de Valencia (UPV) han desarrollado un sistema que permite conocer mejor los mecanismos de producción de sonidos por parte de los cetáceos y conocer su grado de bienestar.
El sistema ha sido desarrollado por un equipo del Departamento de Investigación del Oceanogràfic y del Instituto de Telecomunicaicones y Aplicaciones Multimedia (ITEAM) de la UPV y está basado en un avanzado algoritmo de detección de vocalizaciones para animales, ha informado la Generalitat.
Los investigadores del Oceanogràfic monitorizaron los sonidos de las dos belugas del parque en distintas condiciones y constataron que su tasa de vocalización está directamente relacionada con el nivel de bienestar.
Se aislaron 32 tipos de vocalizaciones que configuran el repertorio acústico de las belugas, algunas de las cuales se asociaron a diversos tipos de comportamiento como la interacción con los cuidadores y con los visitantes.
Según el investigador Ramón Miralles, en los mamíferos acuáticos, al igual que en los terrestres, existe una alta correlación entre el número de sonidos que emiten y su grado bienestar, y se sabe que en situaciones como la manipulación veterinaria, la separación de crías o el transporte y cambio de ubicación, los animales cambian la tasa de emisión de sonidos.
El sistema permite monitorizar las vocalizaciones durante veinticuatro horas y clasificar automáticamente los diferentes tipos de sonidos que emiten las belugas en distintas situaciones.
Las belugas emiten dos tipos de sonidos: los pulsados, que son los relacionados con la ecolocalización, la orientación en el medio y la detección de las presas; y otros sonidos más tonales, como silbidos y chasquidos que están más relacionados con la comunicación.
Los expertos han trabajado durante un año en el sistema para el control automático del grado de bienestar de cetáceos en cautividad y se está utilizando en el Oceanogràfic en una fase piloto.
El proyecto ha sido realizado con el apoyo de la Cátedra Telefónica de la UPV.
Foto: Ballena Beluga (Agencias)