jueves, 24 de febrero de 2011

Último deseo: ser llevado al cementerio en carreta tirada por bueyes

SAN JUAN, 24 febrero 2011 (EFE).- Una carreta de madera rústica tirada por dos bueyes hizo hoy de coche fúnebre en el entierro del campesino puertorriqueño Pablo Cardona, para cumplir con su último deseo.
"Él pidió que cuando lo enterraran se preparara una carroza y que fuera tirada por bueyes", dijo a medios locales Carmen Cardona, hija del fallecido, que trabajó durante toda su vida como agricultor en Cayey, en el interior de Puerto Rico.
La hija del fallecido explicó que su padre siempre trabajó con bueyes y que nunca faltó en sus terrenos una pareja de estos animales que utilizaba para el arado.
La gerente de la funeraria Jardín del Edén, Ivette Suárez Ortiz, explicó que en la zona central de Puerto Rico se mantiene como tradición realizar homenajes a los muertos de acuerdo con el oficio al que se dedicaron en vida.
Aunque el entierro de Cardona fue "muy peculiar", según Suárez Ortiz, no llega a los extremos de dos casos que han hecho que Puerto Rico se gane fama por las excentricidades de algunos de sus ciudadanos a la hora de organizar funerales.
En 2008 Ángel Luis "Pedrito" Pantojas Medina fue velado en su propio domicilio, de pie, amarrado a una pared y vestido de manera informal, lo que le valió el apodo postumo de "el muerto parao",
A este caso le siguió el de David Morales Colón, de 22 años y apodado "El Matatán", que fue asesinado a tiros en la capital puertorriqueña, y cuyo cadáver fue expuesto sobre su motocicleta a modo de peculiar velatorio por deseo de su tío.
Como si esto no fuera poco, el cadáver de Edgardo Velázquez Velázquez fue mostrado el pasado julio al volante de su ambulancia favorita como si todavía conservase la vida en el último episodio de esta peculiar saga.
El Departamento de Salud anunció entonces que enmendaría la normativa de las funerarias de Puerto Rico para acabar con esta moda de velatorios raros.