martes, 5 de abril de 2011

A falta de caballo, quinceañera alemana salta vallas con vaca



LAUFEN, 5 abril 2011 (AP) — Cuando los padres de Regina Mayer se negaron a comprarle un caballo, la inventiva quinceañera no se enfurruñó ni se encerró en su cuarto. En cambio, recurrió a una vaca llamada Luna para hacer realidad sus sueños de amazona.

Horas de entrenamiento y toneladas de golosinas, ruegos y caricias obtuvieron resultados impresionantes: Regina no sólo cabalga durante horas por los campos pintorescos del sur de Alemania sino que hace saltar a Luna sobre una valla improvisada con cajones de cerveza y troncos pintados.
"Ella cree que es un caballo", dijo la rubia Regina recientemente, montada sobre la vaca blanca y café que pastaba impasiblemente.
Todo comenzó hace dos años, poco después del nacimiento de Luna en la propiedad de los Mayer en Laufen, una aldea cercana a la frontera con Austria.
Para empezar, le colocaba unas riendas y la llevaba a pasear. Poco a poco, Regina acostumbró a su vaca al contacto humano y a los aperos de equitación.
A los seis meses, llegó el momento de ver cómo reaccionaría Luna al peso de un jinete. Mayer se sentó en la montura y todo anduvo bien... al comienzo.
"Se portaba bien y caminaba normalmente", dijo Regina, ataviada con su equipo de equitación. "Pero después de unos metros quiso que desmontara. Era evidente que estaba enojada".
Luna y Regina se han convertido en amigas íntimas. Pasan juntas la mayoría de las tardes cuando la adolescente, que aspira a estudiar enfermería, regresa de la escuela.
La rutina incluye cepillar y mimar a la vaca, ensayar saltos y cabalgar durante una hora.
Es mucho trabajo, "pero lo disfruto", dijo Regina.
La joven no abandona sus esperanzas de tener un caballo y tal vez próximamente realice su sueño, pero dice que siempre sentirá afecto por Luna.
"Seguirá siendo mi consentida", dijo.

Foto: Regina Mayer montada en su vaca Luna salta una valla en Laufen, sur de Alemania, martes 29 de marzo de 2011. Cuando sus padres se negaron a comprarle un caballo, la quinceañera no se enfurruñó. Hizo realidad su sueño con una vaca llamada Luna, a la que dedicó horas de entrenamiento y toneladas de golosinas, ruegos y caricias. Además de dar largos paseos sobre su lomo por el pintoresco campo alemán, Regina la hace saltar sobre una valla improvisada con cajones de cerveza y troncos. (AP Foto / Kerstin Joensson. / Video: Youtube