BERLÍN, 4 abril 2011 (El Mundo).- El bebé que aparece en la campaña publicitaria es hijo de dos empleados de una de las panaderías de la franquicia Raddatz en Namibia, al parecer encantados con la idea de que su hijo participe en la promoción del nuevo pastelillo lanzado por la cadena de panaderías y que lleva por nombre «sueño de chocolate». Pero en cuanto la publicidad del producto ha sido expuesta en Alemania, ha despertado una ola de protestas porque los clientes lo consideran «racista» y «pedófilo», según puede leerse en varias pintadas.
La mecha se encendió este fin de semana en la localidad de Gröditz, a unos 60 kilómetros al norte de la capital sajona de Dresde, donde los viandantes que acudían a primera hora para comprar los panecillos calientes del desayuno comenzaron a comentar en el establecimiento el «mal gusto» de la campaña publicitaria. Los comentarios degeneraron en discusiones y gritos con las dependientas. «Han destrozado los carteles de publicidad y han tirado por los suelos varias cajas de pan. Nosotras no podíamos hacer nada. No estamos autorizadas para retirar una campaña publicitaria, como nos pedía esa gente», relataba una de las vendedoras a la radio local.
Vía Twiter y Facebook, se ha extendido un reguero de protestas por las ciudades alemanas en las que Raddatz cuenta con sucursales, repartidas por tres estados de la antigua Alemania Oriental y con 580 empleados en total. Varios locales han sufrido destrozos, las amenazas telefónicas son constantes y el boicot afecta no solo a su nuevo pastel de chocolate con delicias de vainilla, sino a todos sus productos. El portavoz de la empresa familiar, Christoph Raddatz, ha explicado que «quizá algún cliente haya encontrado inapropiada la campaña de publicidad, pero les aseguro que no somos una empresa racista. Desde hace años participamos en proyectos sociales en los países de África en los que tenemos presencia comercial y en los que estamos muy comprometidos. Esta misma fotografía ha sido expuesta en nuestras tiendas en Namibia y allí no le ha chocado a nadie. Se trata de una diferencia de percepción cultural», ha dicho, sin comprometerse a retirar el anuncio.
Vía Twiter y Facebook, se ha extendido un reguero de protestas por las ciudades alemanas en las que Raddatz cuenta con sucursales, repartidas por tres estados de la antigua Alemania Oriental y con 580 empleados en total. Varios locales han sufrido destrozos, las amenazas telefónicas son constantes y el boicot afecta no solo a su nuevo pastel de chocolate con delicias de vainilla, sino a todos sus productos. El portavoz de la empresa familiar, Christoph Raddatz, ha explicado que «quizá algún cliente haya encontrado inapropiada la campaña de publicidad, pero les aseguro que no somos una empresa racista. Desde hace años participamos en proyectos sociales en los países de África en los que tenemos presencia comercial y en los que estamos muy comprometidos. Esta misma fotografía ha sido expuesta en nuestras tiendas en Namibia y allí no le ha chocado a nadie. Se trata de una diferencia de percepción cultural», ha dicho, sin comprometerse a retirar el anuncio.