miércoles, 6 de abril de 2011

«No valen huellas o fotos borrosas; una prueba sería el Yeti en una jaula»

VALLADOLID, 6 abril 2011 (El Norte de Castilla).- Los vendedores de misterios tienen un filón en la criptozoología. Por eso Carlos Chordá ha dedicado parte de su tiempo a investigar una pseudociencia que, dice, «a partir de leyendas intenta organizar ese mundo de seres fantásticos con el fin de dar apariencia científica a algo que en el fondo no la tiene».

-¿De cuántos tipos de criptobichos se tiene constancia?

-Hay centenares. Conozco unos cuantos pero la lista es interminable. Hay yetis para todos los gustos, desde los que tienen carácter amable hasta los que raptan a mujeres para violarlas o son vegetarianos. Y hay gente que se ha tomado en serio su existencia, sobre todo en el Himalaya.

-¿Cuál de ellos despierta más fascinación?

-El monstruo del Lago Ness sigue aún suscitando dudas en mucha gente. Hay alguna publicación que propone su existencia con fotos amañadas. Y cadenas prestigiosas como la BBC han financiado en el lago su búsqueda sin encontrar nada.

-¿Por qué goza de cierto apoyo social la creencia en estos seres?

-Las causas son muchas. A todos nos gusta el misterio y todo lo que aparentemente es inexplicable tiene un gran poder de atracción. Y luego puede uno pasear por un lago en día de niebla y ver que algo se mueve, interpretando lo que en realidad no es; a veces los sentidos nos juegan malas pasadas. También hay motivos económicos, pues la criptozoología da pie a que se publiquen libros, revistas o programas de televisión tipo Iker Jiménez. En otros casos, se trata de bromas o de ganas de salir en el telediario.

-¿Hay países o culturas más propensas a estas leyendas?


-Sí, aunque en una cultura occidental, donde se supone que vivimos en un mundo dominado por la ciencia y la tecnología, debería ser más marginal la creencia en estos asuntos. Quizá es que nos falla a todos el pensamiento crítico. En países con baja escolarización o alto nivel de analfabetismo sería más asumible la persistencia de este tipo de leyendas que en lugares con una cultura racional.

-Cada cierto tiempo se descubren nuevas especies animales a las que, sin embargo, no se da relevancia.

-A veces un puñado de biólogos acude a una zona oculta de Borneo o el Orinoco y descubre especies de aves y reptiles, pero son pequeñas o no tan llamativas, grandes y raras como las que buscan los criptozoólogos y apenas se les otorga relevancia por eso, por no ser raras y no incitar al misterio.

-Ese halo de misterio conduce a conclusiones irracionales.

-Mucha gente se aprovecha de esas ganas de misterio para sacar revistas, libros o programas de televisión. De hecho no se ha conseguido encontrar nada relevante desde que Bernard Heuvelmans en 1955 hizo la lista de animales misteriosos, ni uno solo ha salido a la luz ni la zoología lo ha admitido. Quien hace una afirmación, igual que en cualquier ciencia, debe demostrarla, no vale decir que hay huellas, o una foto borrosa. Una prueba sería presentar un Yeti dentro de una jaula.