miércoles, 6 de abril de 2011

Uno de los 33 mineros chilenos busca fondos para dar casas a los pobres

SANTIAGO, 6 abril 2011 (AFP).- Mario Sepúlveda, el más extrovertido de los 33 mineros de Atacama, se reunió con los más importantes representantes de la industria mundial del cobre, a quienes firmó autógrafo, posó junto a ellos en fotografías y les pidió ayuda para su iniciativa de levantar casas para lo más pobres de Chile.

Sepúlveda, el segundo minero en abandonar el yacimiento San José tras permanecer encerrado por 69 días a 700 metros de profundidad, quiso retribuir el cariño recibido planteándose como meta construir 200 casas para damnificados del terremoto del 27 de febrero de 2010 en el sur de Chile.
Para eso acudió este martes a la Conferencia Mundial del Cobre, que reúne por dos días en Santiago a los principales ejecutivos de las empresas mineras, pendientes de las altas expectativas que genera el incremento en el valor del metal. A ellos les pidió colaboración para su iniciativa.
"Vine a esta convención tan importante para poder hablar de mi campaña 'Levantar Chile', donde ya he tenido muy buenos resultados", relató Sepúlveda a la AFP, vestido de traje azul y un vistoso casco rojo de minero,
El minero se tomó fotografías con algunos de los ejecutivos de las principales compañías mineras mundiales presentes en la reunión, firmó autógrafos y entregó como obsequio modelos a escala de las 'palomas' o tubos de metal de unos 10 cm de diámetro por donde les enviaban alimentos a él y a sus 32 compañeros de encierro.
"Es tiempo de devolver la mano a Chile", agregó, mientras firmaba una de las fotografías donde aparecía la cápsula de metal por donde emergieron a la superficie uno a uno los mineros el 13 de octubre pasado, en una operación seguida en vivo por millones de telespectadores.
"Mario Sepúlveda se ha transformado en un símbolo de este grupo de hombres, por la forma cómo ha reorientado su vida", dijo por su parte el ministro de Minería chileno, Laurence Golborne, al iniciar su presentación ante la Conferencia Mundial de Cobre.
"Mario lleva adelante una iniciativa personal que hay que destacar: recabar dinero que permita ayudar a otras personas a tener una vida más digna", agregó el ministro, antes de iniciar su presentación sobre las perspectivas de Chile, el principal productor mundial de cobre.
Hasta el momento Sepúlveda ha logrado construir unas 14 casas en el balneario de Iloca, en el sur del país, uno de los más afectados por los efectos del tsunami que siguió al terremoto y se apronta a construir otras 30.
También está empeñado en levantar un proyecto deportivo para sacar adelante a los niños más pobres y sigue dictando charlas motivacionales sobre su experiencia al interior de la mina.
Dice que no recibe recursos por sus campañas sociales y que a seis meses de dejar la mina continúa con su tratamiento sicológico para recuperarse del trauma que significó el encierro, pero no ve mucho al resto de sus compañeros.
"Es difícil verlos, porque todos estamos haciendo cosas", dice sobre sus compañeros, muchos de los cuales no han corrido la misma suerte de él que ha aparecido en decenas de programas de televisión y recorrido el mundo.
"A mi me ha ido súper bien, porque soy súper bueno para la pega (trabajo) y se que las circunstancias de la vida hay que saber aprovecharlas", señaló.
Electricista, casado y padre de dos hijos, Mario Sepúlveda es recordado porque cuando iba llegando a la superficie para ser rescatado iba gritando "Viva Chile, mierda", con una potente voz y una energía que conmovió.
Tras salir del yacimiento, sacó desde un bolso varios trozos de roca que repartió a las autoridades que lo aguardaban.
Foto: Laurence Golborne y el minero Mario Sepúlveda, en la X Conferencia Mundial del Cobre (La Segunda)




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