NUEVA YORK, 9 junio 2011 (EFE).- La perrita Trouble, a la que la multimillonaria neoyorquina Leona Helmsley dejó una herencia de 12 millones de dólares, murió a los 12 años de edad y fue incinerada, confirmó hoy un portavoz del fideicomiso que gestiona el legado de la magnate inmobiliaria.
Esta perrita maltesa blanca se convirtió en una rica heredera cuando Helmsley, conocida como la "Cruella de Vil" de Nueva York, murió en 2007 a los 87 años.
Poco después, Trouble fue llevada a Florida, donde residía en el hotel Helmsley Sandcastle, de la localidad de Sarasota, bajo los cuidados del director general del establecimiento, Carl Lekic.
Al parecer, la que seguramente era una de las perritas más ricas del mundo murió el pasado diciembre, ciega y muy enferma, pero la noticia salió a la luz hasta ahora.
Según detalla hoy el diario neoyorquino Daily News, el primero en hacerse eco de su muerte, a Trouble en ningún momento le faltaron cuidados, ya que Lekic gastaba en ella 100.000 dólares al año: 8.000 dólares en aseo y cuidados, 1.200 en comida y el resto en seguridad durante las 24 horas del día.
Helmsley quería que su perrita fuera enterrada en el mausoleo familiar de Sleepy Hollow, en Nueva York, pero finalmente fue incinerada, ya que no se permiten mascotas en ese cementerio.
Al redactar el testamento la rica hotelera ordenó que el grueso de su dinero se invirtiera en ayuda a indigentes y cuidado de perros, pero un año después enmendó el texto y eliminó la primera prioridad.
Poco después de su muerte, se supo que la multimillonaria había desheredado a dos de sus cuatro nietos, mientras que mantuvo que Trouble ("problema", en inglés) heredara 12 millones de dólares, decisión que, además de ocupar las portadas neoyorquinas durante días, motivó que el animal recibiera multitud de amenazas de muerte.
Sin embargo, un juez de Nueva York decidió retirar 10 de los 12 millones legados a la perra y repartirlos entre los dos nietos desheredados por la también conocida como "reina de la maldad", al considerar que la multimillonaria no estaba en plenas facultades cuando redactó sus últimas voluntades.
Leona Helmsley, que pasó por la cárcel por evasión fiscal y tuvo fama de mujer implacable en los negocios y muy dura con sus empleados y familiares, era la dueña de la cadena de hoteles de lujo Helmsley.Foto: Leona Helmsley y su perrita Trouble (Agencias)