MONTECARLO, 13 julio 2011 (El Mundo).- Un hotel de ensueño, con impresionantes vistas sobre el océano Índico... Parece el enclave soñado para pasar una luna de miel, pero la novia ha tenido que disfrutar ella sola del romántico lugar. Así lo aseguran medios franceses y sudafricanos: Charlene de Mónaco se alojó sola en un hotel a las afueras de Durban -donde habían reservado la suite presidencial, a la razón de 2.600 euros la noche- mientras su flamante esposo Alberto prefirió marcharse al centro de la ciudad y alojarse el Hilton.
Los rumores de crisis siguen acompañando a los recién casados. La boda de ensueño en el principado de Mónaco ha acallado por muy poco tiempo los rumores de que algo marcha mal entre Alberto y Charlene de Mónaco, quien supuestamente trató de tomar unavión a su Sudáfrica natal unos días antes del enlace después de conocer que su prometido acababa de ser padre.
La pareja dio una fiesta en el hotel para amigos de la novia que no habían podido viajar a Mónaco. Según la portavoz del hotel Oyster Box, citada por Le Figaro, Charlene permaneció en Umhlanga Rocks, pero en una suite más modesta. La portavoz no ha querido aclarar nada más: "Como hoy la pareja principesca ha dejado el hotel, no tengo nada que añadir".
En el principado no lo desmienten, pero dicen haberse quedado "pasmados" por los rumores de crisis. "El príncipe estaba reunido en el hotel Hilton con miembros del Comité Olímpico Internacional del 5 al 9 de julio. Por razones prácticas, era preferible que durmiese allí", asegura una fuente próxima a la familia Grimaldi citada por el diario francés.
Mike Wittstock, el padre de Charlene, confirma esta versión en la prensa sudafricana. La conferencia del COI empezaba a las 7 y el príncipe no quería arriesgarse a pillar atascos.
Los medios locales dicen que la recién casada es "desgraciada". El diario City Press relata otro suceso nada romántico para una luna de miel. Al parecer, después de desayunar con el presidente Jacob Zuma cada uno se marchó en un coche diferente.
Ya en el enlace de Alberto y Charlene -celebrado el 1 y 2 de julio en el Principado de Mónaco- la complicidad y el cariño no fueron los protagonistas. La novia solo mostró cierta emoción tras depositar su ramo en la capilla de Santa Devota, mientras que Alberto se mantuvo solemne durante la ceremonia religiosa, y apenas consoló a la princesa mientras lloraba en la capilla. De hecho, ya días antes del enlace saltaron los rumores sobre una supuesta separación. Publicaciones francesas tan prestigiosas como L'Express y Le Figaro anunciaron que la novia había tratado de huir del Principado y volver a su país desde el aeropuerto de Niza. L'Express añadió que Alberto habría tenido otros dos hijos secretos, además de Jasmin Grace, de 19 años, y Alexander, de siete, que el príncipe ya ha reconocido. Uno tendría pocas semanas de vida; el otro, dos años.
Ahora, en su estancia sudafricana, se ha podido ver juntos a los recién casados en una reunión del Comité Olímpico Internacional, al que pertenece Alberto, y por cuyos compromisos tuvieron que adelantar su boda. El pasado jueves, además, los príncipes ofrecieron una fiesta en el país de la novia.
Sin embargo, más que en una luna de miel los príncipes de Mónaco parecen estar en pleno viaje oficial. El viernes almorzaron con el presidente de Sudáfrica, Jacob Zuma. Pero tras sus compromisos iniciales apenas han aparecido juntos en público. A Charlene se la ha podido ver visitando a niños en un centro para menores enfermos de sida, o con el obispo Desmond Tutu, uno de los príncipales artífices del fin del apartheid en Sudáfrica, pero nunca en compañía de su marido. No hay que sorprenderse. Desde las ventanas de su suite, el Hilton donde se aloja Alberto ni siquiera se entrevé.
Alberto y Charlene de Mónaco se convirtieron en noticia días antes de su enlace debido a las informaciones publicadas por el semanario francés L´Express que aseguraban que la ex nadadora olímpica tenía intención de anular los preparativos y volver a su país. Rápidamente, el Palacio monegasco envió un comunicado para desmentir la noticia y los novios reales se dieron el “sí, quiero” en una boda de ensueño.
Pero lejos de calmarse los rumores, su estancia en Durban, Sudáfrica, los ha avivado. Alberto y Charlene llegaron allí la semana pasada para cumplir con varios compromisos oficiales antes de partir al destino -secreto- de su luna de miel. El príncipe asistió el miércoles día 6 a la 123 sesión del Comité Olímpico Internacional y Charlene visitó varias instituciones humanitarias en Ciudad del Cabo y se reunió con el Premio Nobel de la Paz, Desmod Tutu el viernes día 8. El jueves, la pareja ofreció una cena para unas 500 personas, entre las que se encontraban por supuesto los miembros del Comité Olímpico, empresarios y personalidades relevantes del mundo del deporte, en el lujoso hotel Oyster Box, a 15 kilómetros de Durban, donde estaba previsto que se alojara el matrimonio.
Pero según informan varios medios sudafricanos, la princesa ha sido la única que ha descansado en la majestuosa 'suite' de 450 metros cuadrados divididos en dos niveles, piscina, terraza y salón privado con vistas al Océano Índico del Oyster Box mientras que el príncipe se ha alojado en el hotel Hilton, situado en el centro de Durban. Esta noticia hizo saltar todas las alarmas y ha sido el padre de Charlene, Michael Wittstock, quien ha explicado al diario sudafricano Die Burger la causa de esta separación: “La sesión del Comité Olímpico Internacional se celebró en el hotel Hilton y comenzaba a las siete de la mañana. Alberto se quedó allí para no tener problemas con el tráfico” y añadió que “ninguna de las historias escandalosas que se están contando son ciertas. La prensa sudafricana debería apoyar a Charlene en vez de difundir rumores”.
Si nos basamos en estas declaraciones, el monarca y Charlene únicamente pasaron una noche separados. Una vez finalizados sus actos oficiales en Sudáfrica, el matrimonio podría haber comenzado su luna de miel en un destino secreto.
Nueva princesa de Mónaco, Charlene: "Soy inmensamente feliz"
Según confesó la ex nadadora, fue una "feliz coincidencia" que la reunión de este año del Comité Olímpico Internacional (COI) tuviera lugar en Durban. El príncipe Alberto de Mónaco está "muy comprometido" con el COI.
Por eso, incluso aplazaron la fecha de su boda para poder viajar a Sudáfrica, explicó.
Fotos: Alberto y Charlene en Sudáfrica en diveros actos / Charlene con Desmond Tutu (Agencias)
La pareja dio una fiesta en el hotel para amigos de la novia que no habían podido viajar a Mónaco. Según la portavoz del hotel Oyster Box, citada por Le Figaro, Charlene permaneció en Umhlanga Rocks, pero en una suite más modesta. La portavoz no ha querido aclarar nada más: "Como hoy la pareja principesca ha dejado el hotel, no tengo nada que añadir".
En el principado no lo desmienten, pero dicen haberse quedado "pasmados" por los rumores de crisis. "El príncipe estaba reunido en el hotel Hilton con miembros del Comité Olímpico Internacional del 5 al 9 de julio. Por razones prácticas, era preferible que durmiese allí", asegura una fuente próxima a la familia Grimaldi citada por el diario francés.
Mike Wittstock, el padre de Charlene, confirma esta versión en la prensa sudafricana. La conferencia del COI empezaba a las 7 y el príncipe no quería arriesgarse a pillar atascos.
Los medios locales dicen que la recién casada es "desgraciada". El diario City Press relata otro suceso nada romántico para una luna de miel. Al parecer, después de desayunar con el presidente Jacob Zuma cada uno se marchó en un coche diferente.
De luna de miel a 15 kilómetros de distancia
MONTECARLO, 13 julio 2011 (El País).- Días antes de la celebración, su enlace estuvo plagado de rumores. Ahora la luna de miel va por el mismo camino. El príncipe Alberto de Mónaco y su esposa, Charlene, llegaron a Sudáfrica la semana pasada para descansar de los fastos de su boda de dos días. La pareja había dado a conocer que invertiría su tiempo de descanso en un lujoso hotel en la costa sudafricana, país de origen de la novia. Pero parece que la estancia está siendo de todo menos romántica: los recién casados duermen no solo en habitaciones separadas, sino en hoteles diferentes, que distan entre sí más de 15 kilómetros.
Los príncipes iban a pasar sus días en Sudáfrica en el hotel Oyster Box, un magnífico complejo construido en la ciudad de Durban (situada al oeste del país) a mediados del siglo XIX, a orillas del océano Índico. El precio de la suite presidencial en la que estaba prevista su estancia ronda los 3.000 euros por noche. Según explica el diario sudafricano City Press, que cita a fuentes del establecimiento, allí descansa Charlene, aunque en una habitación con un precio algo más reducido (unos 1.000 euros la noche). ¿Y su esposo? Según esa misma publicación, el príncipe Alberto se alojaría en el lejano hotel Hilton.Ya en el enlace de Alberto y Charlene -celebrado el 1 y 2 de julio en el Principado de Mónaco- la complicidad y el cariño no fueron los protagonistas. La novia solo mostró cierta emoción tras depositar su ramo en la capilla de Santa Devota, mientras que Alberto se mantuvo solemne durante la ceremonia religiosa, y apenas consoló a la princesa mientras lloraba en la capilla. De hecho, ya días antes del enlace saltaron los rumores sobre una supuesta separación. Publicaciones francesas tan prestigiosas como L'Express y Le Figaro anunciaron que la novia había tratado de huir del Principado y volver a su país desde el aeropuerto de Niza. L'Express añadió que Alberto habría tenido otros dos hijos secretos, además de Jasmin Grace, de 19 años, y Alexander, de siete, que el príncipe ya ha reconocido. Uno tendría pocas semanas de vida; el otro, dos años.
Ahora, en su estancia sudafricana, se ha podido ver juntos a los recién casados en una reunión del Comité Olímpico Internacional, al que pertenece Alberto, y por cuyos compromisos tuvieron que adelantar su boda. El pasado jueves, además, los príncipes ofrecieron una fiesta en el país de la novia.
Sin embargo, más que en una luna de miel los príncipes de Mónaco parecen estar en pleno viaje oficial. El viernes almorzaron con el presidente de Sudáfrica, Jacob Zuma. Pero tras sus compromisos iniciales apenas han aparecido juntos en público. A Charlene se la ha podido ver visitando a niños en un centro para menores enfermos de sida, o con el obispo Desmond Tutu, uno de los príncipales artífices del fin del apartheid en Sudáfrica, pero nunca en compañía de su marido. No hay que sorprenderse. Desde las ventanas de su suite, el Hilton donde se aloja Alberto ni siquiera se entrevé.
Alberto y Charlene: luna de miel a distancia
MONTECARLO, 13 julio 2011 (ABC).- La luna de miel de los recién casados príncipes de Mónaco no podría ser menos romántica. Hasta el punto de que Alberto y Charlene están hospedados en hoteles diferentes, separados por 15 kilómetros de distancia, según publica el diario «The Sun».
La pareja habría reservado una suite que cuesta 4.000 libras por noche, con una gran cama de matrimonio y piscina privada, en el Oyster Box Hotel en Umhajanga Rocks, cerca de Durban (Sudáfrica). Pero de este lujoso hotel, según el rotativo, solo estaría disfrutando Charlene Wittstock, mientras que Alberto estaría alojado en el hotel Hilton.
Además, los príncipes de Mónaco han acortado sus vacaciones debido a «negocios urgentes» en los que Alberto ha de estar presente. La urgencia podría deberse a las pruebas que descubrirán si el Príncipe es padre de un tercer hijo ilegítimo. El diario británico añade: «cuando los fotógrafos han pedido a la pareja que se besase ha sido un momento horrible ya que Charlene le ha girado la cabeza y Alberto le ha dado un frío beso en la mejilla».
Michael Wittstock, padre de la princesa Charlene, explica por qué su hija y Alberto de Mónaco se alojan en distintos hoteles en Sudáfrica
MONTECARLO, 13 julio 2011 (Hola!).- El príncipe se quedó en Durban para evitar problemas con el tráfico a la hora de asistir a la 123 sesión del Comité Olímpico Internacional mientras la princesa descansaba a 15 kilómetros de distancia en una de las lujosas 'suites' del hotel Oyster Box.Alberto y Charlene de Mónaco se convirtieron en noticia días antes de su enlace debido a las informaciones publicadas por el semanario francés L´Express que aseguraban que la ex nadadora olímpica tenía intención de anular los preparativos y volver a su país. Rápidamente, el Palacio monegasco envió un comunicado para desmentir la noticia y los novios reales se dieron el “sí, quiero” en una boda de ensueño.
Pero lejos de calmarse los rumores, su estancia en Durban, Sudáfrica, los ha avivado. Alberto y Charlene llegaron allí la semana pasada para cumplir con varios compromisos oficiales antes de partir al destino -secreto- de su luna de miel. El príncipe asistió el miércoles día 6 a la 123 sesión del Comité Olímpico Internacional y Charlene visitó varias instituciones humanitarias en Ciudad del Cabo y se reunió con el Premio Nobel de la Paz, Desmod Tutu el viernes día 8. El jueves, la pareja ofreció una cena para unas 500 personas, entre las que se encontraban por supuesto los miembros del Comité Olímpico, empresarios y personalidades relevantes del mundo del deporte, en el lujoso hotel Oyster Box, a 15 kilómetros de Durban, donde estaba previsto que se alojara el matrimonio.
Pero según informan varios medios sudafricanos, la princesa ha sido la única que ha descansado en la majestuosa 'suite' de 450 metros cuadrados divididos en dos niveles, piscina, terraza y salón privado con vistas al Océano Índico del Oyster Box mientras que el príncipe se ha alojado en el hotel Hilton, situado en el centro de Durban. Esta noticia hizo saltar todas las alarmas y ha sido el padre de Charlene, Michael Wittstock, quien ha explicado al diario sudafricano Die Burger la causa de esta separación: “La sesión del Comité Olímpico Internacional se celebró en el hotel Hilton y comenzaba a las siete de la mañana. Alberto se quedó allí para no tener problemas con el tráfico” y añadió que “ninguna de las historias escandalosas que se están contando son ciertas. La prensa sudafricana debería apoyar a Charlene en vez de difundir rumores”.
Si nos basamos en estas declaraciones, el monarca y Charlene únicamente pasaron una noche separados. Una vez finalizados sus actos oficiales en Sudáfrica, el matrimonio podría haber comenzado su luna de miel en un destino secreto.
Nueva princesa de Mónaco, Charlene: "Soy inmensamente feliz"
MONTECARLO, 13 julio 2011 (La prensa gráfica).- Charlene se siente "inmensamente feliz" en su primer viaje como princesa de Mónaco a su país, Sudáfrica, según contó a la revista alemana "Bunte".
"Ahora soy monegasca, pero mis raíces estarán siempre en Sudáfrica. El continente y sus habitantes están en mi corazón", añadió. Según confesó la ex nadadora, fue una "feliz coincidencia" que la reunión de este año del Comité Olímpico Internacional (COI) tuviera lugar en Durban. El príncipe Alberto de Mónaco está "muy comprometido" con el COI.
Por eso, incluso aplazaron la fecha de su boda para poder viajar a Sudáfrica, explicó.
Fotos: Alberto y Charlene en Sudáfrica en diveros actos / Charlene con Desmond Tutu (Agencias)