domingo, 10 de julio de 2011

Cuando el arte es utilizado para financiar el crimen


CIUDAD DE MÉXICO, 10 de julio 2011 (Notimex/Excélsior).- El crimen organizado obtiene ganancias anuales por más de seis mil millones de dólares por el robo de arte, de acuerdo con datos en el mundo de la Interpol, y según información proporcionada por funcionarios de la Procuraduría General de la República (PGR) es una de las actividades más lucrativas después del narcotráfico, la venta ilegal de armas y la trata de personas.

El dinero obtenido por una obra de arte robada, de acuerdo con expertos en la materia, es utilizado para el financiamiento del narcotráfico y actividades terroristas.

Sin embargo, la cifra de ganancias puede ser mayor, ya que en ocasiones este tipo de delito no es reportado o es clasificado por las autoridades en campos incorrectos.

La falsificación y crímenes de engaño, el comercio ilícito de antigüedades, así como la iconoclasia y el vandalismo de propiedad cultural son los delitos que internacionalmente abarcan el denominado crimen de arte.

Los criminales especializados en arte roban objetos señalados como de “nivel medio”, ya que son los más sencillos de sustraer y no atraen demasiada atención por parte de las autoridades, es más fácil de transportar, contrabandear y vender.

De acuerdos con diversos investigadores, el arte comprado legítimamente por criminales es usado para lavado de dinero.

Las grandes agrupaciones del crimen organizado, según las autoridades, tienen operaciones en el robo de autos, el tráfico de drogas, armas, personas y en la actualidad arte y propiedad cultural.

De los 35 mil objetos reportados a Interpol como robados a escala internacional, 294 son mexicanos: la mayoría de arte virreinal.

Bandas internacionales

Entrevistado por Excélsior el investigador y especialista en arte Noah Charney aseguró que diversas organizaciones criminales internacionales están detrás de gran parte de robos de obras de arte y bienes culturales que se dan en el mundo.

Subrayó que la mayoría de las mafias tratan con arte robado, así como con sus otras actividades aunque reconoció que aún no se sabe qué tan grande es su involucramiento.

“El arte es visto como de clase alta por los criminales, y lo ha sido desde el periodo victoriano, así que los criminales, ocasionalmente, voltearán hacia el robo de arte para elevar su estatus social entre otros criminales. El arte también es valioso, portátil y, cuando no está en grandes museos, poco protegido” aseveró el escritor.

El también fundador de la red contra robo de arte Association for Research into Crimes against Art (ARCA) consideró que a pesar de que los robos de arte sean menospreciados por las autoridades, el problema es mucho más grave de lo que se percibe.

“Al lado de un asesinato y el narcotráfico, quizá no es tan serio, pero hay que señalar los hechos que sí conocemos y enfatizar cómo el crimen de arte está financiando a grupos del crimen organizado y terroristas”, denunció.

Sin embargo para René Salazar Montes, quien fue director general de Leyes Especiales de la Procuraduría General de la República (PGR), en México el robo de bienes culturales aún no alcanza la magnitud para catalogarlo como crimen organizado.

“No podría afirmar que en nuestro país haya una red como tal de crimen organizado relacionada con el tráfico de bienes culturales, actividad que a escala mundial sí es considerada como una de las actividades primordiales del crimen organizado, que deja grandes dividendos a esas organizaciones delictivas, después de narcotráfico, lavado de dinero, tráfico de armas, vehículos y trata personas”, reconoció Salazar Montes.

El ex funcionario sostuvo que en México han sido identificados grupos, pero no cuentan con elementos como para determinar la cantidad de personas que intervienen en los delitos de arte, quiénes son los partícipes en el proceso delictivo y cuáles son las vinculaciones que tienen con bandas del crimen organizado a nivel internacional.

“No es un fenómeno que esté desbordado, es un fenómeno delictivo como cualquier otro, no negamos la problemática que pueda existir al respecto, pero estamos trabajando en eso, no minimizamos el problema, pero considero que no es un problema desbordado que queda fuera del control de las autoridades.”

Las penas que prevé la Ley Federal sobre Monumentos y Zonas Arqueológicas Artísticas e Históricas varían desde uno hasta dos años de prisión .

El robo no es como en el cine



Noah Charney consideró que el principal problema por el cual las instituciones de seguridad ponen poca atención a este tipo de delitos es la falta de información, ya que la sociedad, los gobiernos y la policía tienen la “falsa idea” de que el crimen de arte sucede de manera poco frecuente, que incluye sólo piezas de los ricos y no es un crimen muy serio.

“Las ideas erróneas sobre el crimen de arte se basan en la ficción y el cine, se requiere de mucho esfuerzo para ayudar a la gente a darse cuenta de que el crimen es serio, si desapruebas los comercios internacionales de drogas y armas, también debes detener el crimen de arte, porque una pintura robada o una tumba saqueada podrían estar ayudando a financiar una venta de armas o drogas”, señaló el investigador.

Para Charney, “los ladrones de la vida real son menos románticos y más atemorizantes de lo que se ve en las películas”, puntualizó. En la iglesia de la comunidad de Santa Mónica en la cabecera municipal de Epazoyucan, Hidalgo, seis figuras talladas en madera fina con incrustaciones de oro del siglo XVIII fueron robadas sin dejar rastro. Diez millones de pesos era su valor aproximado.

El saqueo de reliquias, una especialidad

Otro problema es el saqueo de zonas arqueológicas, en el cual intervienen personas con gran capacidad económica y amplio conocimiento en arqueología los cuales se dedican a realizar excavaciones clandestinas en zonas alejadas de nuestro país, con el fin de extraer objetos históricos que permanecen ocultos debajo de la tierra.

Sin embargo, no únicamente personas con amplias posibilidades económicas se dedican a esta actividad, sino que también pobladores que viven cerca de sitios arqueológicos extraen piezas prehispánicas para venderlas a los turistas.

“Estos objetos no están registrados y una vez que los sacan los extraen del país, y los trafican. Nuestro país tiene cerca de 200 mil sitios arqueológicos, es un país con una gran cantidad de vestigios arqueológicos que no han sido descubiertos, que no han sido explorados”, sostuvo el funcionario de la Procuraduría General de la República, René Salazar Montes.

En México el fenómeno de saqueo de piezas arqueológicas es cometido, tanto por extranjeros como por connacionales de gran capacidad económica que pueden realizar búsquedas por un amplio periodo de tiempo, con toda la herramienta y maquinaria necesaria para la actividad.

“Parte del fenómeno es el saqueo clandestino y habitual que se genera por parte de los pobladores de la zona, que por el desconocimiento del tesoro y el valor cultural e histórico de los objetos que tienen se dedican a saquearlos como un modo de vida.”

Un ladrón sofisticado

Para la Procuraduría General de la República (PGR) el perfil de quienes se dedican al robar de arte sacro son personas que tienen gran capacidad económica, de edad madura, que tiene conocimientos en la materia, que sabe del valor de la obra y que tiene contacto con el medio de arte.

En su mayoría cuentan con contacto con instituciones artísticas, casas de subastas e incluso con personas en otras partes de nuestro país que permiten “mover” la obra, para poder extraerla de territorio nacional.

“La gente que materialmente se dedica a robar la obra son grupos de cerca de 4 o 5 sujetos aproximadamente, que muchas veces roban la obra sobre pedido, previo al robo se dedican a investigar los lugares donde van a cometer los huertos, los puntos débiles en cuestión de seguridad, son robos perfectamente planeados”, detalló el funcionario de la PGR, René Salazar.

El ladrón de arte tiene conocimiento en técnicas de rapel para poder escalar sitios altos, sabe sobre el manejo de armas en técnicas de sometimiento.

“Esta gente cuenta con todos los recursos para poder restaurar la obra y sacarla del país, son gente ligada al medio del arte y en muchas ocasiones creemos que tienen relación con algunas autoridades del ramo”.

De acuerdo con el criminólogo holandés J. G Tijhuis en el libro Art &Crime: Exploring the Dark Side of the Art World, existen diversas categorías de perfiles sobre criminales de arte:

1) El coleccionista, el más raro que sucede.
2) El ladrón compulsivo.
3)Quienes se originan del narcotráfico o del crimen organizado más general (el más común).
4) El que tiene “propósito elevado” (ladrones ideológicos, como Vincenzo Peruggia, que robó la Mona Lisa para repatriarla a Italia).
5) “Secuestradores de arte” (roban arte para pedir rescate, como Kempton Bunton, que robó en 1961 el Duque de Wellington, de Goya).
6) Ladrones internos (aquellos relacionados al museo o la institución).
7) Ladrones comunes (aquellos que roban a discreción, crímenes de oportunidad sin principio de organización).

Las zonas preferidas

Puebla, Tlaxcala, Hidalgo, Estado de México, Distrito Federal, Oaxaca y últimamente Jalisco, son las entidades con mayor número de robo de bienes culturales.

-Fue creado por la PGR el Catálogo General de Bienes Culturales Robados, el cual es actualizado constantemente e incluye información, imágenes y descripciones de la obra robada entre 2001 y 2010.

-En la Gaceta Parlamentaria del 6 de junio de 2011 se publicó una propuesta del diputado Juan Pablo Jiménez Concha en la que se exhorta a la Comisión de Justicia de la Cámara de Diputados a dictaminar un proyecto de decreto que reforma diversas disposiciones de la Ley General de Bienes Nacionales, la Ley Federal sobre Monumentos y Zonas Arqueológicas, Artísticos e Históricos, el Código Penal Federal y el Código Federal de Procedimientos Penales.

Fotografía: Lote de obras de arte y piezas prehispánicas recuperadas, México 2010 (PGR)