BOLONIA, 30 noviembre 2011 (ABC).- Decía que era licenciada y que trabajaba como psicóloga en el Hospital Santa Úrsula de Bolonia. Aseguraba que esperaba un bebé y que su embarazo era de riesgo, contando que había tenido un aborto precedente y que había sufrido algunas hemorragias.
Todo esto era falso o casi. No era psicóloga, ni siquiera estaba embarazada, pero durante años la italiana Silvia S., natural de Bolonia y de 44 años, ha sido capaz de engañar a médicos, consultores, al Instituto de Estadística y sobre todo a su centro de trabajo, el Policlínico de Santa Úrsula, en el que desde los años 90 era empleada socio-sanitaria.
Una lista de declaraciones y autocertificaciones falsas mezclada con documentos sanitarios auténticos, que le han permitido trabajar solo seis días en los últimos nueve años: dos días en 2002 y cuatro días en 2004.
Un verdadero récord de absentismo, entre enfermedades quizás verdaderas (una dermatitis por contacto con agentes químicos en el trabajo) y dos maternidades completamente inventadas.
Dos «hijos que nunca han nacido», como ha sido rebautizada la investigación de la policía italiana, quien ha desenmascarado a la mujer y ha procedido a su arresto domiciliario con la acusación de estafa agravada por daños al ente público y presentación de documentación pública falsa.
La investigación comenzó a mediados de 2010 gracias a la denuncia presentada por la dirección del Policlínico, indignado ante una trabajadora que desde hacía nueve años era un «fantasma»y después de que varias visitas fiscales finalizaran sin éxito.
En el verano de 2011, en medio de la investigación, el hospital despidió a Silvia por superar el número máximo de ausencias en el trabajo, un hecho que ella ha impugnado en los tribunales.
Una lista de declaraciones y autocertificaciones falsas mezclada con documentos sanitarios auténticos, que le han permitido trabajar solo seis días en los últimos nueve años: dos días en 2002 y cuatro días en 2004.
Un verdadero récord de absentismo, entre enfermedades quizás verdaderas (una dermatitis por contacto con agentes químicos en el trabajo) y dos maternidades completamente inventadas.
Dos «hijos que nunca han nacido», como ha sido rebautizada la investigación de la policía italiana, quien ha desenmascarado a la mujer y ha procedido a su arresto domiciliario con la acusación de estafa agravada por daños al ente público y presentación de documentación pública falsa.
La investigación comenzó a mediados de 2010 gracias a la denuncia presentada por la dirección del Policlínico, indignado ante una trabajadora que desde hacía nueve años era un «fantasma»y después de que varias visitas fiscales finalizaran sin éxito.
En el verano de 2011, en medio de la investigación, el hospital despidió a Silvia por superar el número máximo de ausencias en el trabajo, un hecho que ella ha impugnado en los tribunales.