BUENOS AIRES, 25 noviembre 2011 (BBC).- Llueve, pero no desde el cielo. En Buenos Aires ocurre en estos días un raro fenómeno que sorprende a más de un transeúnte desprevenido: muchos de los árboles de la ciudad gotean agua, creando la sensación de que se largó un diluvio a pesar de que no hay tormenta.
Se lo conoce como "el llanto de la tipas", tal el nombre de esta especie de árbol que abunda en la capital argentina.
Pero a pesar de que suena como algo romántico, las causas de este llanto no son nada poéticas, según dijo a BBC Mundo la directora del Jardín Botánico de Buenos Aires, Graciela Barreiro.
"El fenómeno se da por el ataque de un insecto que se llama chicharrita de la espuma (cephisus siccifoluis)", explicó.
"Estos insectos son áfidos, pinchan la hoja y beben la savia. Y la savia que no absorben la excretan. Esa excreta va formando una espuma que cuando toma suficiente volumen cae, y lo que cae es lo que moja", resumió.
El fenómeno comienza a fines de octubre (en la primavera austral) y dura hasta los primeros días de diciembre.
Según la experta, el constante goteo de las tipas es "incómodo" pero no tóxico.
Tampoco mancha la ropa, aunque sí ensucia un poco los autos que quedan estacionados por mucho tiempo debajo de la copa de los árboles.
Árbol del norte
La tipa (cuyo nombre científico es tipuana tipu) es autóctona del norte de la Argentina, más precisamente de una zona selvática que se extiende desde Bolivia hasta la provincia de Tucumán.
Llegó a Buenos Aires a finales del siglo XIX de la mano de Charles Thays, un arquitecto y urbanista francés (nacionalizado argentino) a quien se encomendó el paisaje de la ciudad.
"Thays probaba las especies del resto de Argentina en Buenos Aires y si veía que funcionaban bien las usaba en sus diseños de plazas y en el arbolado de alineación", señaló la directora del Jardín Botánico, espacio que también fue creado por el francés y lleva su nombre.
Fue así como las tipas terminaron adornado algunas de las principales avenidas porteñas.
Al revés
El hecho de "llorar" en la primavera no es la única característica inusual de la tipa.
Esta especie también tiene la particularidad de que pierde sus hojas en primavera, en vez de en otoño, como la mayoría de los árboles.
Según Barreiro eso tiene una desventaja: en verano las tipas ofrecen poca protección del sol ya que sus ramas sin follaje crean sombra insuficiente para hacer frente a las altas temperaturas de la capital argentina.
En invierno ocurre lo contrario: las filas de tipas que adornan muchas veredas sombrean las avenidas, haciéndolas más frías.
Otro inconveniente de las tipas, según la ingeniera agrónoma, es su gran tamaño.
"Cuando Thays decidió usarlas para decorar la ciudad no previó que habría tanto crecimiento en altura. Ahora que están rodeadas por edificios las tipas tienden a crecer hacia el medio de la calle, lo que genera problemas", afirmó.
"El reemplazo de los adoquines de las calles por cemento empeoró la situación", agregó.
Pero no todas son molestias e inconvenientes. Dentro de poco las tipas tendrán su gran momento ya que en diciembre florecerán.
Entonces, se llenarán de pequeñas flores amarillas, que iluminarán el paisaje de Buenos Aires.
Seguramente sea en ese momento cuando más de uno entenderá, al admirarlas, por qué son uno de los árboles favoritos de la ciudad.