LONDRES, 14 diciembre 2011 (Hola).- Desde que se convirtiera en la protagonista sorpresa de la boda de su hermana la duquesa de Cambridge, Pippa Middleton ha conseguido que su imagen acapare los medios de comunicación de medio mundo. Su estilo, su simpatía y lógicamente, su parentesco con la esposa del príncipe Guillermo, han hecho que de la noche a la mañana pasara de ser una chica anónima a todo un icono de moda.
Conciente de la admiración que despierta con cada una de sus apariciones públicas, Pippa ha comenzado a cuidar al milímetro todos y cada uno de los detalles de su vestuario, un fondo de armario que no deja de sorprendernos, a veces por su elegancia y otras, como en esta ocasión, por su atrevimiento.
La hermana de la duquesa de Cambridge ha alegrado el día a dos albañiles hoy y sin mover ni un solo dedo. Con una minifalda roja de cuadros escoceses, que podemos decir que le sentaba tan bien como el traje blanco que eligió para la boda real de su hermana, Pippa ha dejado prendados a dos obreros que se encontraban trabajando en las calles de Londres.
La complicidad entre la hermana pequeña de la duquesa de Cambridge y los trabajadores ha sido evidente. Los obreros han piropeado a Pippa, quien se ha “dejado querer” y les ha regalado la mejor de sus sonrisas. Sin detener el paso y halagada por los comentarios recibidos, Pippa ha continuado con su trayectoria camino del trabajo provocando que los operarios tuvieran que girar sus cuellos hasta perderla de vista.
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