BERLÍN, 11 marzo 2009 (EFE).- Las autoridades de Alemania y Finlandia no se ponen de acuerdo sobre qué deben hacer con una mujer finlandesa con transtornos psicológicos que deambula desde hace tres meses por el aeropuerto berlinés de Tegel.
La mujer, de unos cuarenta años, interrumpió su tratamiento psiquiátrico en Finlandia a principios del pasado mes de diciembre para viajar a Berlín, según informaciones de la agencia finlandesa STT.
Sin embargo, al aterrizar en el aeropuerto de Tegel decidió quedarse a vivir en una de las salas del edificio.
Al principio, la mujer rechazó la ayuda del personal del aeropuerto, alegando que estaba esperando a que le enviaran dinero desde Finlandia, pero finalmente la Policía alemana la trasladó a un albergue para indigentes, desde donde regresó poco después al aeropuerto.
Tras tres meses viviendo en las instalaciones del aeropuerto, las autoridades alemanas contactaron con Kai Henttonen, un pastor de la comunidad finlandesa de Alemania, quien consiguió que fuese trasladada a un hospital psiquiátrico en espera de ser enviada a su país.
El médico finlandés Patrick Währn viajó a Berlín junto a dos enfermeras con la intención de volver a Helsinki con la mujer, pero las autoridades alemanas se negaron a entregarla por problemas legales y la trasladaron a un albergue para indigentes.
Währ criticó el que la mujer no recibiera ningún tipo de tratamiento ni medicación durante su estancia en el hospital psiquiátrico, y acusó a sus colegas germanos de no ayudar a una enferma mental.
"Echar a la calle a una persona que no puede valerse por sí misma equivale a dejarla abandonada", declaró Währn a la agencia STT.
De momento, las gestiones de la Embajada finlandesa en Berlín para repatriar a la mujer han resultado infructuosas debido a los obstáculos legales.
Las autoridades alemanas alegan que no pueden repatriarla en contra de su voluntad, puesto que ella insiste en querer quedarse en el país, mientras el pastor replica que la mujer no está en su sano juicio.
El caso recuerda a la película "Terminal" protagonizada por Tom Hanks y hasta ahora pasó desapercibido para los medios alemanes, pese a las dimensiones reducidas de ese aeropuerto.
El aeropuerto internacional de Tegel se construyó en los años de la división de la ciudad, pero quedó obsoleto tras la caída del Muro y la recuperación del estatus de capital por parte de Berlín.
Actualmente, el tráfico aéreo a la capital alemana se reparte entre este aeródromo y el de Schönefeld, en el lado oriental, a la espera de que se construya el gran aeropuerto internacional, en las afueras de la ciudad.