LOS ÁNGELES, 11 marzo 2009 (AP).- Un juramento de sangre no es vinculante para una corte de apelaciones de California. La corte de apelaciones en Santa Ana ratificó el martes el fallo de un tribunal inferior, de que un contrato entre dos empresarios coreanos firmado con sangre no impone obligación.
En octubre de 2004, Jinsoo Kim y Stephen Son estaban bebiendo en un bar de karaoke. Son pidió un alfiler, se pinchó el dedo y escribió el contrato con su sangre y en alfabeto coreano.
Bajo el contrato, Son prometía reembolsar a Kim unos 170.000 dólares que éste perdió al invertir en las empresas del primero.
La texto traducido de la nota decía: "Señor, por favor perdóneme. Por mis acciones ha sufrido penurias financieras. Le reembolsaré lo mejor que pueda".
Kim inició juicio en 2006 para cobrar.
Pero un juez, y ahora la corte superior, declaró inválido el reclamo.
"Concluimos que la corte decidió correctamente que el juicio de Kim se basó en una promesa frívola e imposible de hacer cumplir", dijo el tribunal superior.