WASHINGTON, 4 mayo 2009 (EFE).- La ex jefa de la diplomacia estadounidense Condoleezza Rice se vio en un aprieto este fin de semana cuando un estudiante de primaria le preguntó por los interrogatorios de la CIA durante el Gobierno de George W. Bush.
La escena, de la que se hace eco hoy el diario The Washington Post, se desarrolló en una escuela judía de la capital, el lugar elegido por Rice para su primera aparición en Washington tras haber dejado el Gobierno.
El acto con varias docenas de estudiantes fue la antesala de un discurso que pronunció Rice durante la tarde del domingo en una sinagoga de la capital.Según relata hoy el Post, Rice habló ante los escolares sobre su amor por Israel, sus viajes al extranjero y la importancia de hablar idiomas antes de aceptar preguntas "del público".
Las primeras preguntas fueron inocuas: "¿Cómo fue para usted el crecer en Alabama cuando era un estado segregado?", increpó uno de los estudiantes a la ex jefa de la diplomacia afroamericana.
A continuación, el joven estudiante Misha Lerner abordó uno de los asuntos más espinosos de la pasada administración, al preguntar a Rice qué le parecían los comentarios del Gobierno del presidente Barack Obama sobre los métodos de interrogación a sospechosos de terrorismo durante el mandato de Bush.
Tanto Obama como varios miembros de su Gobierno han calificado de "tortura" algunas de las técnicas de interrogación utilizadas por el Gobierno de Bush como la asfixia simulada.
Rice respondió que no quería criticar a Obama, pero insistió en que Bush aseguró a su gabinete que no harían "nada, nada" en contra de la ley o de las obligaciones internacionales contraídas por Estados Unidos.
"Espero que entiendan que fueron momentos muy difíciles. Estábamos aterrorizados con la posibilidad de otro ataque (terrorista) contra el país", afirmó.
"Incluso ante esas difíciles circunstancias, el presidente no estaba preparado para hacer algo ilegal y espero que la gente entienda que estábamos intentando proteger el país", añadió.
La ex jefa de la diplomacia estadounidense generó una acalorada polémica la pasada semana cuando dijo a un grupo de estudiantes de la Universidad de Stanford (California) que la asfixia simulada era legal "por definición, si lo autorizó el presidente".
"El presidente nos informó de que nada de lo que hiciéramos estaría alejado de nuestras obligaciones, obligaciones legales, de acuerdo con la Convención contra la Tortura", afirmó Rice en Stanford.
"Y por lo tanto, por definición, si lo autorizó el presidente no violó nuestras obligaciones bajo la Convención contra la Tortura", concluyó la ex secretaria de Estado.
Los críticos se apresuraron a destacar que las declaraciones recordaban a las famosas palabras del presidente Richard Nixon (1969-1974), cuando el mandatario, que dimitió por un escándalo de espionaje político, dijo: "cuando el presidente lo hace, eso implica que no es ilegal".