TOKIO, 8 junio 2009 (Reuters).- Es la temporada matrimonial en Japón, pero en lugar de optar por una celebración sencilla en tiempos difíciles, las parejas pueden alquilar familia falsa, amigos y colegas para inflar la lista de invitados.
Mucha gente en Japón ve las bodas como una celebración formal a la que tiene que asistir tanta gente como sea posible entre familia, amigos y compañeros de trabajo.
¿Pero qué pasa si no tienes a nadie que vaya?
"Nosotros vamos a la boda como tu amigo en lugar de tu amigo", dijo Hiroshi Mizutani, que dirige Office Agents en Tokio, una compañía que alquila invitados, a Reuters.
"De repente puede haber un invitado que no pueda ir. O estás preocupado por la diferencia que hay entre la lista de invitados de tu pareja y la tuya. O hay muchos trabajadores temporales ahora y puede no gustarles invitar al jefe", añadió.
Por 20.000 yenes (unos 143 euros), Office Agents ofrece a uno de sus trabajadores para asistir a la ceremonia. Por 5.000 yenes extra esa persona puede cantar o bailar. Si pagas otros 10.000 yenes y esa persona hace un discurso que te hace sentir orgulloso.
Con la llegada de la crisis a Japón, Mizutani dijo que aumentan las peticiones de sustitución de compañeros de trabajo y que los clientes buscan a un jefe falso, que en realidad puede que esté demasiado ocupado para asistir tras perder su trabajo, o compañeros contratados temporalmente que nadie conoce dado que cambian de lugar a menudo.
En una boda, los 30 familiares, amigos y compañeros de trabajo del novio eran falsos, explicó Mizutani. Era la segunda boda del novio y no quería invitar a las mismas personas que habían asistido a la primera.
La empresa tiene alrededor de 100 compromisos para bodas al año y cuenta con 1.000 sustitutos para diferentes ocasiones, incluidos funerales y seminarios de aprendizaje.
Incluso ofrece novios falsos para presentarlos a la familia y sustitutas de secretarias para parecer importante.
Lo que caracteriza a los trabajadores de Office Agents es que no destacan.
"Lo importante es que son personas normales (...) normal en el sentido de que son abiertos, limpios y parece que tengan trabajos normales", afirmó Mizutani.
A veces no se da cuenta ni la pareja del que contrata el servicio.
"La gente es orgullosa y no quiere explicar a su pareja que no tiene muchos amigos", afirmó Mizutani.
"El ambiente es tal que la gente no tiene a nadie a quien invitar. Puede que se sientan solos y también puede ser que la manera de trabajar de las personas esté cambiando", añadió.