martes, 16 de marzo de 2010

Manifestantes tailandeses donan sangre para derramar en calles


BANGKOK, 16 marzo 2010 (AP) — Manifestantes antigubernamentales que donaron su sangre el martes se preparaban para derramarlos por litros en la sede del gobierno tailandés en un sacrificio simbólico buscando presionar a las autoridades para que cedan a su demanda de organizar nuevas elecciones.

Cientos de manifestantes con camisas rojas formaron largas filas para donar su sangre que fue extraída por enfermeras un día después de que los dirigentes juraron recolectar un millón de centímetros cúbicos de sangre para derramarlos en el Palacio Presidencial la tarde del martes.

"Si ellos quieren tirarla y tomarle fotografías y si ellos quieren que nosotros la limpiemos después, creo que está bien", señaló el vocero gubernamental Panitan Watanayagorn a los periodistas extranjeros.

El funcionario indicó que las autoridades de salud estaban revisando si "lanzar sangre por las calles violan los reglamentos de salud".

Aproximadamente 100.000 manifestantes autodenominados Camisas Rojas se reunieron el domingo en la capital tailandesa para exigirle al primer ministro Abhisit Vejjajiva que disolviera el Parlamento para el mediodía del lunes.

Abhisit se negó y desplegó fuerzas de seguridad en toda la capital, pero indicó que su gobierno estaba abierto a escuchar lo que los manifestantes quisieran decir.

El general de la policía Wichai Sangprapai indicó que el número de manifestantes había disminuido desde el domingo y calculó que unos 90.000 permanecían en la capital.

Ante la negativa, los dirigentes de las protestas anunciaron un "sacrificio de sangre", una medida que fue duramente criticada por la Cruz Roja al calificarla de desperdicio y de carente de higiene por la posible difusión de enfermedades como la hepatitis y el VIH-SIDA si las agujas eran reutilizadas.

"Esta sangre pertenece a los guerreros por la democracia. ¿De qué color es? ¡Roja!", gritaba un manifestante en un altavoz mientras los dirigentes de la protesta donaban su sangre y la guardaban en botellas de plástico en un escenario ubicado cerca de una tienda blanca, donde se formaron varias filas de donantes de sangre.