Marchas zombis, películas llenas de individuos putrefactos y, sobre todo, muchos libros han sido los responsables de resucitar a unos muertos que no lo estaban tanto.
MADRID, 16 marzo 2010 (El País).- Estos seres con ansias de carne humana y aspecto cochambroso tienen su origen en el vudú y conocieron una verdadera reformulación con la todavía fundamental La noche de los muertos vivientes, largometraje dirigido por George A. Romero a finales de los sesenta.
Sin embargo, hacía tiempo que la presencia de los zombis en la cultura no era tan fuerte. Manel Loureiro, autor de Apocalipsis Z, nos da alguna pista sobre el auge de este fenómeno: “El género zombi, de los no muertos, lleva ahí desde hace mas de cuarenta años, pero en estos momentos está llegando a su edad adulta, es decir, esta pasando de ser un producto destinado a un público fiel, pero minoritario a ser un producto mainstream.
A los no muertos les está pasando lo mismo que les pasó en su día a los vampiros: que se están transformando en un objeto de interés para todos los públicos. El porqué de este salto, justo ahora, y no antes ni después, es algo que daría para una discusión muy larga, pero quédate con un detalle: las historias de zombis siempre cogen mucha mas fuerza en los momentos de crisis mundial”.
Z de zombi
Quizá gran parte de la “culpa” de esta zombimanía la tenga Max Brooks. En 2006, este cómico y actor, hijo del director Mel Brooks y de la actriz Anne Bancroft, se sacó de la manga Guerra Mundial Z. Como si fuera un relato periodístico, el autor nos cuenta la historia de una contienda global contra los zombis a través de los testimonios de los supervivientes del terrible conflicto.
El escritor nos sumerge en un extraño mundo apocalíptico donde, entre otras cosas, Cuba se convierte en superpotencia y Rusia retorna al comunismo. Con estos elementos, no resulta raro que los estudios de Hollywood se hayan hecho con los derechos de la novela para llevarla al cine.
En España, donde el libro ha conquistado a la comunidad friki, la editorial Berenice ha aprovechado el fenómeno para publicar Zombi. Guía de supervivencia, un entretenidísimo manual para hacer frente a la amenaza de los muertos vivientes que Max Brooks escribió con anterioridad a Guerra Mundial Z.
En español
La literatura en castellano tampoco ha sido ajena a la invasión. En este caso, el gran pope de la plaga literaria ha sido Manel Loureiro, un licenciado en Derecho, presentador de televisión y guionista que desató su pasión por estos horribles seres a través de un blog.
El boca a boca hizo que la trama pasará de la pantalla de ordenador al papel. El resultado es Apocalipsis Z. Según el propio autor, su principal aportación es abordar el género desde “un punto de vista diferente, al situarlo fuera de los Estados Unidos. El protagonista no es un aguerrido marine en Atlanta, o Nueva York. Es un simple abogado que vive en una tranquila ciudad de provincias, llevando una vida normal y sencilla hasta que el mundo se derrumba a su alrededor.
El hecho de que la acción transcurra en España, que los protagonistas sean personajes reales, cercanos y cotidianos, y sobre todo, que se aleje de la imagen prototípica de héroe hacen que el lector se sienta mucho mas cercano e identificado con los protagonistas de los libros”. Esa cercanía ha provocado que la novela cosechara un gran éxito de ventas, que ahora parece prolongarse con su secuela, Apocalipsis Z. Los días oscuros.
De cine
Evidentemente, y siempre dentro de esta actual pasión editora, hay que destacar los libros dispuestos a repasar la presencia de los zombis en el celuloide, hábitat natural de estos monstruos. En los últimos meses, las librerías han visto llenar sus anaqueles de títulos como Cine Zombi (Ángel Gómez Rivero), Zombimanía. Muertos vivientes de cine (José Moscardó) o el recomendable Zombie Evolution. El libro de los muertos vivientes en el cine, un repaso desenfadado al subgénero, donde su autor José Manuel Serrano Cueto reflexiona sobre unas películas que tienen en el cineasta George A. Romero a uno de sus cineastas fundamentales.
Como reconoce el propio Serrano Cueto: “Sin Romero no existiría el zombi tal y como lo conocemos hoy. Él es el padre del zombi cinematográfico por antonomasia: torpe, renqueante, pútrido, rígido... Hasta los nuevos zombis, esos que corren que se las pelan, le deben mucho al zombi de Romero”. La influencia del director se encuentra todavía presente en títulos como Zombieland, la independiente Colin o incluso en la bizarrísima Dead Snow, una de muertos vivientes nazis.
Suma y sigue
El fenómeno de los no muertos, mucho más fuerte ahora en las letras que en el séptimo arte, no cesa. La trilogía apocalíptica y zombi firmada por el norteamericano David Wellington (Monster Island, Monster Nation, Monster Planet), la recreación con muertos vivientes de un clásico de Jane Austen (Orgullo, prejuicio y zombis) o la versión adolescente de estos no muertos escrita por Brian James (Zombis rubias) son sólo algunas muestras de esta edad dorada de un subgénero apto para casi todo tipo de públicos. Incluso los paladares más exquisitos tienen su propio volumen: Zombies, recopilación de los mejores relatos del género realizada por John Joseph Adam
martes, 16 de marzo de 2010
Invasión zombi: los muertos vivientes se apoderan del mundo de los vivos
7:47:00 p.m.
España