GINEBRA, 7 julio 2010 (EFE).- El avión Solar Impulse, propulsado exclusivamente por energía solar y con el que su promotor, Bertrand Piccard, planea dar la vuelta al mundo en 2012, despegó este miércoles con el objetivo de completar su primer vuelo nocturno.
El avión despegó a las 07.00 hora local (05.00 GMT) desde el aeródromo de Payerne, en el oeste de Suiza.
El plan es volar durante el día para poder cargar sus baterías solares, mantenerse en el aire durante la noche y aterrizar 24 horas después de haber despegado.
En caso de lograrlo, el prototipo pilotado por André Borschberg habrá conseguido su objetivo primordial del verano: demostrar la fiabilidad de un viaje aéreo nocturno propulsado exclusivamente por energía solar.
Antes de dar el pistoletazo de salida, los técnicos hicieron las últimas comprobaciones a la aeronave, y poco antes de las siete de la mañana, el avión despegó hasta una altitud de 8.500 metros.
Durante su travesía diurna, el avión recargará sus baterías hasta su nivel máximo, para que cuando los rayos del sol cesen, pueda continuar con su marcha, prevista en este momento a una altitud de 1.500 metros.
Dificultades
El pasado 1 de julio, el Solar Impulse tuvo que posponer su primer vuelo nocturno debido a problemas técnicos que hubiesen impedido el seguimiento desde tierra de parámetros cruciales para la seguridad de la nave y su tripulación.
El problema provino del transmisor de telemetría, una tecnología que permite la medición remota de magnitudes físicas y su posterior envío al operador del sistema.
El pasado 7 de abril, el "Solar Impulse" completó su primer vuelo de una hora y media, tras aterrizar en el aeródromo de Payerne.
La meta final de Piccard consiste en que el prototipo, con un coste de 70 millones de euros, circunvale el mundo con cinco escalas en cinco días dentro de dos años.
A partir de las conclusiones técnicas de este vuelo nocturno se construirá un nuevo aparato.
Este proyecto, que ha requerido cinco años de trabajo, entre simulaciones y su construcción, busca demostrar el potencial de las energías renovables, promover su utilización y probar el ahorro de energía que puede lograrse gracias a las nuevas tecnologías.
En 1981, otro avión solar ultraligero con un piloto a bordo, denominado Solar Challenger, voló de Francia a Inglaterra en cinco horas.
Piccard, un aventurero de poco más de 50 años y nieto del inventor del batiscafo, Auguste Piccard, se convirtió en 1999 en el primer hombre en dar la vuelta al mundo en globo sin escalas.
El plan es volar durante el día para poder cargar sus baterías solares, mantenerse en el aire durante la noche y aterrizar 24 horas después de haber despegado.
En caso de lograrlo, el prototipo pilotado por André Borschberg habrá conseguido su objetivo primordial del verano: demostrar la fiabilidad de un viaje aéreo nocturno propulsado exclusivamente por energía solar.
Antes de dar el pistoletazo de salida, los técnicos hicieron las últimas comprobaciones a la aeronave, y poco antes de las siete de la mañana, el avión despegó hasta una altitud de 8.500 metros.
Durante su travesía diurna, el avión recargará sus baterías hasta su nivel máximo, para que cuando los rayos del sol cesen, pueda continuar con su marcha, prevista en este momento a una altitud de 1.500 metros.
Dificultades
El pasado 1 de julio, el Solar Impulse tuvo que posponer su primer vuelo nocturno debido a problemas técnicos que hubiesen impedido el seguimiento desde tierra de parámetros cruciales para la seguridad de la nave y su tripulación.
El problema provino del transmisor de telemetría, una tecnología que permite la medición remota de magnitudes físicas y su posterior envío al operador del sistema.
El pasado 7 de abril, el "Solar Impulse" completó su primer vuelo de una hora y media, tras aterrizar en el aeródromo de Payerne.
La meta final de Piccard consiste en que el prototipo, con un coste de 70 millones de euros, circunvale el mundo con cinco escalas en cinco días dentro de dos años.
A partir de las conclusiones técnicas de este vuelo nocturno se construirá un nuevo aparato.
Este proyecto, que ha requerido cinco años de trabajo, entre simulaciones y su construcción, busca demostrar el potencial de las energías renovables, promover su utilización y probar el ahorro de energía que puede lograrse gracias a las nuevas tecnologías.
En 1981, otro avión solar ultraligero con un piloto a bordo, denominado Solar Challenger, voló de Francia a Inglaterra en cinco horas.
Piccard, un aventurero de poco más de 50 años y nieto del inventor del batiscafo, Auguste Piccard, se convirtió en 1999 en el primer hombre en dar la vuelta al mundo en globo sin escalas.