MADRID, 28 julio 2010 (El Mundo).- Un asteroide potencialmente peligroso podría colisionar con la Tierra en menos de 200 años, según un estudio internacional en el que han participado científicos españoles.
La investigación, publicada en la revista Icarus (Universidad de Cornell), explica que hay una posibilidad entre mil de impactar con nuestro planeta, y más de la mitad de esa probabilidad apunta a que podría ocurrir en el año 2182.
"La probabilidad de impacto total del asteroide puede estimarse en 0,00092 -aproximadamente uno entre mil-, y más de la mitad de esta probabilidad -0,00054-, apunta a que esto podría ocurrir en el año 2182", según señala la coautora del estudio e investigadora de la Universidad de Valladolid (UVA), María Eugenia Sansaturio.
Los científicos han calculado y monitorizado los posibles impactos de este asteoride, '(101955) 1999 RQ36', hasta el año 2200 mediante dos modelos matemáticos, el método de Monte Carlo y un muestreo de línea de variaciones, para buscar posibles colisiones con la Tierra.
El asteroide mencionado es potencialmente peligroso por la proximidad de sus órbitas y las consecuencias que un impacto así podría causar. Su órbita está bien determinada pero existe una 'incertidumbre orbital' por el efecto de la gravedad y el llamado efecto Yarkovsky.
Este efecto modifica ligeramente las órbitas debido a que, al rotar, ciertos objetos pequeños del Sistema Solar emiten de forma desigual la radiacción solar absorbida.
Los investigadores apuntan que, con esta información, se podría crear un mecanismo para desviar la trayectoria del asteroide con antelación.
Incremento del riesgo
La investigación predice que hasta el año 2060, la divergencia de las órbitas que impactan es moderada, creciendo entre los años 2060 y 2080 en cuatro órdenes de magnitud porque el asteroide se aproxima a la Tierra. Así, estima que la probabilidad vuelve a crecer moderadamente hasta otro acercamiento en 2162 para después decrecer, apareciendo el año 2182 como el más probable para la colisión.
"La consecuencia de esta compleja dinámica no es únicamente una probabilidad de impacto comparativamente grande, sino también que un procedimiento realista de deflexión o desviación de la trayectoria sólo se podría realizar antes del encuentro en 2080, y más fácilmente antes de 2060", destaca Sansaturio.
En esta línea, asegura que si este objeto se hubiera descubierto después del año 2080, la deflexión "requeriría una tecnología no disponible actualmente".
"Este ejemplo sugiere que puede ser necesario que la monitorización de impactos, que hasta ahora no cubre más allá de 80 ó 100 años, abarque más de un siglo. Así, las iniciativas para desviar este tipo de objetos se podrían llevar a cabo con recursos moderados, tanto desde un punto de vista tecnológico como económico", concluye.
Foto: Recreación de una choque de asteroide contra la Tierra (NASA)