ÁMSTERDAM, 17 diciembre 2010 (BBC).- Los coffee shops o cafés han sido una gran atracción turística de Holanda: son lugares donde se puede comprar y fumar marihuana libremente, elegida por su precio, efecto o nombre (desde la clásica "jamaiquina" hasta la poderosa "amnesia", de cultivo local).
Pero la "fiesta" ya no está garantizada para los turistas que visiten esos peculiares cafés holandeses, ya que las autoridades ahora tienen derecho a prohibir el ingreso de los extranjeros según dictaminó el Tribunal de Justicia de la Unión Europea (UE) este jueves.
La corte -con sede en Luxemburgo- avaló de esa forma una ley aprobada por la ciudad holandesa de Maastricht en 2005, para evitar el acceso de personas no residentes en el país a los coffee shops locales.
La medida de Maastricht buscaba reducir el denominado "turismo de la droga" que suele llegar desde otros países europeos para comprar marihuana, y algunos creen que ahora podría extenderse a otras partes de Holanda.
Sin embargo, las regulaciones y permisos que necesitan esos sitios para operar se han ajustado en los últimos tiempos y el número de establecimientos en Holanda cayó desde 1.200 en su época de apogeo hasta unos 700 actualmente.
El caso de Maastricht fue llevado ante el Tribunal de Justicia de la UE por un propietario de un coffee shop de la ciudad cuyo establecimiento fue clausurado temporalmente por haber admitido el ingreso de no residentes.
El propietario, Marc Josemans, denunció que las restricciones de acceso según el lugar de residencia violan las normas europeas que garantizan la libre circulación de personas y el trato igualitario a los ciudadanos de la UE.
Pero la corte de Luxemburgo rechazó este argumento y sostuvo que la ley de Maastricht para los lugares de este tipo es compatible con la legislación europea.
"Esa restricción está justificada por el objetivo de combatir el turismo de las drogas", dictaminó el Tribunal.
También señala que los gobiernos de Francia, Bélgica y Alemania han relacionado el "turismo de la droga" en Holanda con la importación ilegal de marihuana en sus territorios y con problemas de orden público.
En Maastricht, cerca de la frontera holandesa con Alemania y Bélgica, hay 14 coffee shops que reciben unos 10.000 visitantes por día (3,9 millones anuales), 70% de ellos extranjeros, según el Tribunal de Justicia de la UE.
Los coffee shops holandeses están habilitados a vender hasta cinco gramos diarios de marihuana por persona, el máximo tolerado por las autoridades para posesión y consumo, sin importar la nacionalidad.
Para muchos esa política única en Europa está relacionada con la tradición holandesa de liberalismo.
Pero otros consideran que la tolerancia a la marihuana es incompatible con el hecho de que la venta de cannabis aún es técnicamente ilegal en el país y la policía debe combatir el tráfico en las calles.
La coalición de centro derecha que gobierna en Holanda cree que el "turismo de la droga" ocasiona molestias para la vida diaria de la gente y aspira a restringir el acceso de personas no residentes a los coffe shops.
La idea del gobierno, que asumió en octubre, es transformar a esos cafés en "clubes privados" que requieran una suerte de membresía para entrar, y el fallo del Tribunal europeo este jueves podría allanarle el camino.