BUCAREST, 8 febrero 2011 (AP) — Más malos augurios para las atribuladas brujas en Rumania, aunque seguramente sólo las mejores los vieron venir.
Un mes después que las autoridades rumanas comenzasen a cobrarles impuestos por sus oficios, las clarividentes y adivinas del país están maldiciendo una nueva propuesta de ley que amenaza con multas e incluso prisión si las predicciones no resultan ciertas.
Las brujas dicen que no debería castigárseles por fallas de sus herramientas.
"Ellos no pueden condenar a las brujas, deberían condenar a las barajas", dijo la bruja reina Bratara Buzea en conversación telefónica con The Associated Press.
La superstición es algo serio en la tierra de Drácula y las autoridades han acudido a las brujas para ayudar al vapuleado país a recaudar más dinero y castigar la evasión de impuestos.
En enero, las autoridades cambiaron las leyes laborales para reconocer oficialmente la ancestral práctica como una profesión sujeta a impuestos, haciendo que decenas de furiosas brujas arrojasen mandrágora al Danubio en un intento por poner un maleficio sobre el gobierno.
La nueva propuesta de ley fue aprobada en el Senado la semana pasada y ahora necesita la aprobación del panel financiero y laboral y por la cámara de diputados.
Bratara dijo que la propuesta era exagerada. "Voy a pelear hasta el final para que no sea aprobada", agregó.
A veces, dijo, la gente no revela sus nombres verdaderos, ni fechas de nacimiento u otros datos personales, lo que puede distorsionar las predicciones.
"¿Qué vamos a hacer cuando el cliente da detalles falsos sobre sí mismo? No nos pueden cukpar por eso", dijo.
La ley requeriría además que las brujas tengan un permiso, provean recibos a sus clientes y les prohibe practicar el oficio cerca de escuelas e iglesias.
Las brujas dicen que no debería castigárseles por fallas de sus herramientas.
"Ellos no pueden condenar a las brujas, deberían condenar a las barajas", dijo la bruja reina Bratara Buzea en conversación telefónica con The Associated Press.
La superstición es algo serio en la tierra de Drácula y las autoridades han acudido a las brujas para ayudar al vapuleado país a recaudar más dinero y castigar la evasión de impuestos.
En enero, las autoridades cambiaron las leyes laborales para reconocer oficialmente la ancestral práctica como una profesión sujeta a impuestos, haciendo que decenas de furiosas brujas arrojasen mandrágora al Danubio en un intento por poner un maleficio sobre el gobierno.
La nueva propuesta de ley fue aprobada en el Senado la semana pasada y ahora necesita la aprobación del panel financiero y laboral y por la cámara de diputados.
Bratara dijo que la propuesta era exagerada. "Voy a pelear hasta el final para que no sea aprobada", agregó.
A veces, dijo, la gente no revela sus nombres verdaderos, ni fechas de nacimiento u otros datos personales, lo que puede distorsionar las predicciones.
"¿Qué vamos a hacer cuando el cliente da detalles falsos sobre sí mismo? No nos pueden cukpar por eso", dijo.
La ley requeriría además que las brujas tengan un permiso, provean recibos a sus clientes y les prohibe practicar el oficio cerca de escuelas e iglesias.
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