jueves, 9 de junio de 2011

Las dos mujeres que creían ser gemelas no son ni hermanas, según las pruebas de ADN

VALENCIA, 9 junio 2011 (EFE).- Las pruebas de ADN practicadas a María Victoria F.M. y a María José C. para ver si eran hermanas -y como consecuencia víctimas de una red dedicada a la venta de bebés-, han dado negativo y, por lo tanto, apuntan a que no tienen lazos de parentesco.

Así lo ha confirmado este miércoles Débora M., hija de María Victoria, quien sigue convencida de que sí son hermanas, ya que "no hay más que verlas juntas para comprobar que son iguales".

Las pruebas las realizó una empresa que pertenece a la Asociación Nacional de Afectados por Adopciones Irregulares (ANADIR), según ha explicado Débora, que no satisfecha con el resultado dice que va a encargar otra segunda prueba para contrastar el resultado.

La prueba

El asunto trascendió el pasado mes de mayo cuando estas dos mujeres, de 51 años, convencidas de ser mellizas o gemelas, solicitaron iniciar las pruebas de ADN para confirmarlo.

Su corazón les decía que sí, como dijo María José, pero el ADN parece que les dice que no.

Se han llevado un tremendo disgusto, ya que estaban convencidas de ello, ha explicado la hija de una de ellas.

Las mujeres no hablan

De momento, las mujeres "no están para hablar" con la prensa, "no les apetece", ha dicho, máxime cuando consideran que este asunto se les ha ido de las manos, dada la repercusión que tuvo la noticia.

La hija no da crédito a lo que dicen las pruebas porque no hay más que verlas, son iguales y hasta hablan igual.

María Victoria, de Santa María del Páramo, nunca se ha separado de sus padres biológicos, nació hace 51 años en la Maternidad de León y conocía desde el principio que había tenido una hermana gemela, pero le habían dicho que murió al nacer.

Reencuentro

En cuanto a la valenciana, nació en el Hospital Provincial de Valencia, supo que tenía una hermana por unos amigos a los 18 años, aunque el tema siempre fue tabú en su casa.

Las dos se reencontraron a raíz de una entrevista que concedió María Victoria al periódico El Mundo de León, donde exponía que su caso podía ser como el de aquellos que se están investigando de supuestos niños que les dieron por muertos al nacer, pero que en realidad habían sido entregados en adopción.

Después de intercambiar fotos de la infancia y la adolescencia, y comprobar que guardaban un parecido "extraordinario", las supuestas gemelas organizaron el encuentro en Santa María del Páramo, donde vive María Victoria.

Foto: María Victoria y María José creían que eran hermanas, pero el ADN dice que no. (EFE)

Las pruebas de ADN descartan que María José y Vicki sean hermanas

VALENCIA, 9 junio 2011 (El Mundo).- Gestos idénticos, la misma sonrisa, la misma edad, un parecido físico asombroso... Dos gotas de agua que, sin embargo, no comparten la misma sangre. Al menos así lo determinan las pruebas de ADN practicadas a tres mujeres (madre e hijas) que desde hace un mes buscan dar sentido otra vez a su vida. Vicki, vecina de Santa María del Páramo, y María José, residente en una localidad cercana a Valencia, sintieron que habían encontrado a su otra mitad. Vicki buscaba a su hermana gemela que alguien dio por muerta el día de su alumbramiento en la Maternidad de León.

A cientos de kilómetros, María José había movido cielo y tierra durante años para encontrar a su familia biológica. Supo a los 18 años que era adoptada. Nada más sobre su origen. Un reportaje publicado por este periódico en abril sobre la trama de bebés robados las puso en alerta. En León alguien buscaba una gemela... Y en Valencia alguien vio aquellas fotos y sintió que se miraba en un espejo... Desde entonces, ya se han abrazado, hablan todos los días por teléfono y se sienten una familia. Las pruebas de ADN sólo debían confirmar lo que para ellas era un hecho: María José era la niña robada que un día sacaron de León camino de Valencia.

Pero no ha sido así. El laboratorio les confirmó el lunes que no son de la misma sangre. Deborah, hija de Vicki e impulsora de la búsqueda de su tía, ejercía este martes de portavoz de la familia. "¿Que cómo se sienten? Pues curiosamente tranquilas. Ellas y mi abuela. Es que no se lo creen. De hecho, volverán a cotejar el ADN".

Tiene mi cuerpo. Es ella

Deborah, hija de Vicki, emprendió la búsqueda de su tía como una forma de hacer justicia a sus abuelos, Pilar y Nino, a su madre, que siempre soñó con su otra mitad, y a sus tíos. Nadie creyó en aquella casa de Santa María del Páramo que la pequeña Hada (así se hubiera llamado María José) hubiera muerto tras el parto. Pocas explicaciones, ningún cadáver, ni un sólo certificado y el pálpito de que la vida se la jugó en aquella Maternidad. Por eso, después de encontrar a María José, Deborah se niega a creer que las pruebas están en lo cierto.

Se someterán a nuevos exámenes médicos pero esta vez en el anonimato, lejos de los laboratorios vinculados a la asociación Anadir (Asociación Nacional de Afectados por Adopciones Irregulares). "Tienen más de 2.000 ADN de afectados y no hallan coincidencias. Sentimos que algo está ocurriendo con nuestras pruebas y preferimos hacerlas en un centro independiente". Mientras habla, no deja de mirar fotos de su tía. "Tienen la misma boca, el mentón, los gestos, la risa... El cuerpo es idéntico al de mi abuela: sin cintura, inclinada... Mi abuela lo dice: 'tiene mi cuerpo. Es ella'".