BRASILIA, 3 junio 2011 (AFP).- Con 100 años recién cumplidos y bien llevados, la brasileña Isolina Campos decidió aprender a leer y escribir, transformándose en un ejemplo para sus compañeros de clase en una escuela municipal de Londrina, estado de Paraná (sur).
Isolina contó a la prensa local que había comenzado a estudiar en 1998 y debió abandonar las aulas a causa de su salud.
Pero ahora retomó las clases en el curso nocturno de alfabetización para adultos de la escuela Moacyr Camargo Martins "para no quedarme en casa sin hacer nada", admitió.
"No me gusta quedarme inactiva (...) y quiero dar el ejemplo a los que quieren estudiar" en un país que tiene más de 14 millones de analfabetos, declaró.
Isolina, que de joven hacía "rapadura" (azúcar artesanal) a base de la caña de azúcar que su padre cortaba, es alumna de la clase que precisa de más atención.
"Todo el tiempo quiere saber lo que significa una u otra letra", destacó la directora de la escuela, Regina Pierotti, al diario O Estado de Sao Paulo. "Siempre está sonriente y no falta a menos que esté muy enferma", agregó.
Isolina se levanta todos los días a las siete de la mañana, realiza las tareas del hogar y por la tarde se ocupa fabricando tapices con retazos de tela.
Fotos: Isolina Campos en el salón de clases (Agencias)
Pero ahora retomó las clases en el curso nocturno de alfabetización para adultos de la escuela Moacyr Camargo Martins "para no quedarme en casa sin hacer nada", admitió.
"No me gusta quedarme inactiva (...) y quiero dar el ejemplo a los que quieren estudiar" en un país que tiene más de 14 millones de analfabetos, declaró.
Isolina, que de joven hacía "rapadura" (azúcar artesanal) a base de la caña de azúcar que su padre cortaba, es alumna de la clase que precisa de más atención.
"Todo el tiempo quiere saber lo que significa una u otra letra", destacó la directora de la escuela, Regina Pierotti, al diario O Estado de Sao Paulo. "Siempre está sonriente y no falta a menos que esté muy enferma", agregó.
Isolina se levanta todos los días a las siete de la mañana, realiza las tareas del hogar y por la tarde se ocupa fabricando tapices con retazos de tela.
Fotos: Isolina Campos en el salón de clases (Agencias)