sábado, 13 de agosto de 2011

Los líderes, ¿nacen o se hacen?

LONDRES, 13 agosto 2011 (EFE).- En la vida humana, incluso en la animal, unos adoptan el papel de líderes, mientras otros se limitan a ser sólo seguidores, pero ¿conocemos, en realidad, cómo surge el liderazgo social o corporativo?, ¿se trata de un rasgo que nace de las circunstancias, proviene de una predisposición genética o se cultiva con el tiempo? He aquí las respuestas a estas dudas.
Para ser un buen líder, se requiere poseer una serie de cualidades: facilidad de palabra, capacidad de entendimiento a los que le rodean y habilidad para enfrentarse a asuntos, preguntas y problemas importantes de la sociedad y de la época.
“En nuestra era, el personaje que mejor ejemplifica estos rasgos es Nelson Mandela; sin embargo, en otras sociedades y otros tiempos, estas percepciones podrían haber cambiado. Por ejemplo, Stalin fue un estratega brillante en hacerse y mantenerse en el poder a costa de secretismo, paranoia e incluso asesinatos, lo que no funcionaría, hoy en día, en una sociedad democrática”, detalla Howard Gardner,
catedrático de la Escuela Superior de Educación de la Universidad de Harvard, en EE. UU.
Esto deja en evidencia que el perfil de un líder cambia con el paso del tiempo. Es más, los seguidores, en la actualidad, cuentan con recursos tecnológicos, como la televisión y sitios en internet, como YouTube, que permiten criticar a los líderes de forma mucho más directa, algo que no ocurría muchas décadas atrás.
El hecho es que nadie nace siendo un líder, sino que se trata de una habilidad que se puede aprender. Sin embargo, la única característica del liderazgo que pueda estar probablemente relacionada con la genética radica en la cantidad de energía que una persona irradie.
“Cuando uno piensa en líderes poderosos, como Churchill, Theodore Roosevelt, Mao Zedong o Margaret Thatcher, es obvio que tenían una tremenda energía, pero todo lo demás tiene que ver con un entrenamiento, práctica, metas y circunstancias”, señala Gardner.
“La investigación nos dice que la personalidad está, en parte, genéticamente determinada. Sin embargo, cualquier persona puede aprender a ser líder. Simplemente, unos poseen unos rasgos de personalidad que hacen que les resulte más fácil que a otros”, precisa Susana Domingo, directora regional del Centro para el Liderazgo Creativo (CCL, por sus siglas en inglés).
También cabe resaltar que no todas las personas que participan en programas para el desarrollo del liderazgo logran convertirse en verdaderos líderes, ya que primero necesitan estar dispuestos a aprender y a involucrarse en actividades que les permitan fortalecer las cualidades de liderazgo.
Además, se requiere “tener un fuerte deseo por sobresalir, la convicción de que se pueden aprender nuevas habilidades y destrezas, el compromiso personal de un aprendizaje continúo y una práctica deliberada”, apunta James Kouzes, escritor, conferencista y catedrático de la Escuela de Negocios Leavey, de la Universidad de Santa Clara, California (EE. UU).

Fotografías (Archivo históricos)
1) Winston Churchil
2) Joseph Stalin
3) Mao Zedong