ROMA, 18 septiembre 2011 (NOTIMEX).- Silvio Berlusconi emerge como un personaje “obsesionado por el sexo”, “chantajeable”, “compulsivo”, “fuera de control” o “enfermo” en las “escuchas” telefónicas ordenadas por la fiscalía de Bari, informó hoy la prensa local.
Barbara Guerra |
En una de ellas, Berlusconi, de 75 años de edad, presumía al empresario Gianpaolo Tarantini, el principal imputado de reclutarle mujeres, que en la noche de Año Nuevo de 2009 había mantenido relaciones con ocho de sus 11 invitadas.
“Anoche tenía una fila (de mujeres) afuera de la recámara... eran 11... me tiré solamente a 8 porque no podía hacer más... no se puede hacer todo”, declaraba.
En otras pláticas interceptadas Tarantini pedía ayuda a sus cómplices para conseguir “una troiona” (prostituta) o exigía a las vedettes Barbara Guerra o Fadoua Sebar vestirse con “minifalda de p...” y sin ropa interior.
Maristel Polanco |
Su ideal era, según la prensa, pasar la jornada “con sus niñas”, que preferentemente debían ser menores de 30 años, no más altas que él y dispuestas a satisfacer sus obsesiones.
A cambio de llevarle a decenas de mujeres de varias nacionalidades, Tarantini, que según la prensa es cocainómano, pretendía favores para su empresa del ramo de la sanidad o contactos con grandes sociedades, como el gigante de la industria aeroespecial Finmeccanica o la Protección Civil.
Además, según otra indagación de la fiscalía de Nápoles, Tarantini (encarcelado actualmente), al lado del editor Valter Lavitola (prófugo en el extranjero), extorsionaba a Berlusconi para no revelar que conocía que las mujeres que le llevaba eran prostitutas.
Las chicas, por su parte, buscaban, además de dinero, contratos para programas televisivos o películas y con el objeto de impresionarlas, Berlusconi invitaba a sus fiestas a dirigentes de la televisión pública, RAI, o de su distribuidora cinematográfica Medusa.
Berlusconi y Verónica Lario |
Por su parte, el director del diario La Repubblica, Ezio Mauro escribió que mientras el gobierno “está ausente frente a una crisis financiera sin precedentes, de las indagaciones de Nápoles y Bari emerge un premier ocupado cotidianamente en organizar una red de prostitución de enormes dimensiones”.
“Se trata de una cuestión que no es privada, porque los documentos demuestran que los reclutadores (de mujeres) quieren ser pagados a través de concesiones públicas o encargos de Estado, es decir, con dinero público, mientras el jefe de gobierno es objeto de un chantaje permanente”, añadió.
Fotografías: Agencias