MIAMI, 21 septiembre 2011.- La NASA informó hoy que espera para el próximo viernes la caída o “reingreso descontrolado” a Tierra de un satélite colocado en órbita hace 20 años, aunque advirtió que aún es muy temprano para pronosticar la hora y el lugar de la entrada.
La sonda espacial, conocida como “Satélite de Investigación de la Atmósfera Superior” (UARS), caerá durante algún momento del 23 de septiembre y su descenso podría ser sobre cualquier parte del planeta, con excepción de la Antártica.
El satélite, que fue construido a un costo de 750 millones de dólares, tiene un peso de cinco mil 900 kilogramos y una extensión de 10.6 metros de largo y 4.5 metros de ancho.
El UARS fue colocado en órbita por los astronautas de la misión STS-48 del Transbordador Espacial Discovery el 12 de septiembre de 1991, para estudiar los componentes de la atmósfera superior a fin de ayudar a la elaboración de mejores pronósticos meteorológicos, una tarea que realizo con éxito a lo largo de 14 años.
La mayor parte de los componentes del satélite se quemaran y extinguirán durante su reingreso a Tierra, aunque advirtió que unos 26 componentes diferentes del satélite, con un peso total de alrededor de 530 kilogramos, sobrevivirán a la caída.
La Administración Nacional de Aeronáutica y el Espacio (NASA) indicó que es prácticamente imposible el precisar dónde exactamente caerán los escombros del satélite, pero considerando que las tres cuartas partes de la Tierra están cubiertas por las aguas de los océanos, las probabilidades de que estas caigan en el mar sin causar daño alguno son muy altas.
Las estimaciones indican que los restos podrían caer a lo largo de una franja de hasta 800 kilómetros de largo.
Las probabilidades de que una persona pudiera ser golpeada por la caída de alguno de los restos del satélite son de una en tres mil 200, de acuerdo con los cálculos de la densidad de población y extensión geográfica del planeta.
De acuerdo con la NASA, ninguna persona ha sido golpeada alguna vez por el reingreso a Tierra de basura espacial.
El UARS pertenece aun a una vieja generación de satélites, construidos con componentes capaces de sobrevivir su posible reingreso a tierra, una vez que son descomisionados y agotan su combustible.
Sin embargo, desde hace varios años, la NASA y otras agencias y compañías aeroespaciales, sólo colocan en órbitas bajas, satélites espaciales manufacturados con materiales que garantizan su total quema y extinción durante su reingreso a Tierra, a fin de eliminar cualquier posible riesgo.