Lennon entregó el diente a una de sus empleadas, Dot Jarlett, a finales de los años 60.
El exBeatle le pidió Jarlett que se lo entregara a su hija "como un recuerdo", luego de sacárselo él mismo en la cocina de su mansión de Surrey.
Karen Fairweather, propietaria de la casa de subasta Omega, afirmó que ya existen personas interesadas en la compra.