CHICAGO, 22 enero 2012 (BBC).- Un hombre de los suburbios de Chicago se encontraba en su taller cuando, por accidente, se le disparó una pistola de clavos cerca de su cabeza.
Sin embargo, Dante Autullo, de 34 años, no notó sino hasta un día después -cuando comenzó a sentir náuseas- que la puntilla había ingresado a su cerebro.
Los doctores le dijeron a Autullo que el clavo estuvo a pocos milímetros del área utilizada para las funciones motoras.
El paciente está ahora en recuperación, luego de que los cirujanos lograran extraer la puntilla del centro de su cerebro.
"Un milagro"
Su prometida, Gail Glaenzer, le dijo a la agencia AP el viernes que estaba en buen estado luego de las dos horas de operación en un hospital en el estado de Illinois, en Estados Unidos.
"Se siente bien. Pudo mover sus extremidades, está hablando normalmente, se acuerda de todo", dijo. "Es sorprendente, un milagro".
Glaenzer dijo que no sabía que la puntilla había entrado a su cerebro cuando limpió una herida en su frente.
Ella lo convenció de ir al hospital luego de que empezó a sentir náuseas el miércoles.
Autullo simplemente pensó que la pistola de clavos había golpeado su cabeza, pero se dio cuenta luego de que el sensor de la pistola, al entrar en contacto con su cabeza, reconoció un área plana y se disparó.
Aunque hay nervios sensibles al dolor en el cráneo de una persona, no hay ninguno dentro del cerebro.
El vocero del hospital, Mike Maggio, dijo que la parte del cráneo que fue retirada durante la cirugía debió ser reemplazada con una malla de titanio como medida de precaución, en caso de que se hubiera contaminado con la puntilla.