CLEVELAND, 16 marzo 2012 (Diario Panorama).- El pequeño Greg amaba jugar con la ropa de su madre, pero el reto de sus padres le bloqueó la cabeza durante 21 años, según narra un artículo del Daily Mail. Confundido e incomprendido, ocultó durante su niñez y su adolescencia su sentimiento más profundo: que era una niña en el cuerpo de un niño.
El quiebre se produjo en el tercer año de la universidad, con la mitad de la temporada aún por jugar. Greg dijo basta y le dio lugar a Lindsey, el nombre que eligió para el resto de su vida. "Era muy abrumador para mí e hice lo que realmente tenía que hacer en ese momento", relató Walker. Y agregó: "Dejé de jugar, de entrenarme y de levantar pesas. Desde ahí, comencé un camino largo, en el que estoy muy bien".
Luego de tomar la decisión más difícil, Walker comenzó a ver un terapeuta de género y a un médico, quien le recetó el tratamiento hormonal para comenzar a cambiar su sexo. Si todo sale como está diagramado, Lindsey planea someterse a una cirugía para estilizar su rostro y para cambiar sus genitales masculinos por femeninos.
"Desarrollé mis pechos de manera natural, como cualquier joven en su pubertad. Además, el pelo de mi cuerpo disminuyó, mi piel se puso más suave y perdí el deseo sexual que tenía como hombre", contó la joven de 26 años oriunda de Cleveland, Ohio.
Si bien está feliz con su nueva vida, Lindsey aclaró: "Nunca perdí las ganas de jugar al básquetbol profesionalmente". Por eso, luego de completar el tratamiento de cambio de sexo, su siguiente meta será jugar con la selección femenina de los Estados Unidos los Juego Olímpicos de Río de Janeiro 2016.
Aquel pequeño Greg que decidió ocultar sus sentimiento ya no está. Ahora, una segura Lindsey enfrenta la vida y busca, más allá de las dificultades, ser feliz. Todo un ejemplo.
Fotos: Greg/Lindsey Walker, en algunas fotos con su amiga Alexa Fargo que posó con ella para demostrar su estatura (tomadas de dailymail.co.uk)