La botella de 500 mililitros de esta salsa, hace mucho tiempo descrita como secreta, es "una de las 200 producidas en todo el mundo y que no serán vendidas en los restaurantes, lo que cual la hace muy rara", dijo McDonald's en la descripción que acompaña la venta.
El lunes, la botella valía 23.000 dólares australianos (15.541 euros o 17.954 dólares estadounidenses), cuando le quedaban ocho días de subasta.
La suma recolectada, precisa el anuncio, será donada a las casas australianas de la Fundación Ronald McDonald, creada por el grupo estadounidense para trabajar por los niños.
"Durante mucho tiempo, la salsa especial permaneció encerrada en un delicioso sandwich, la hemos liberado. Así que pon a un lado la mostaza, la mayonesa o la salsa de tomate, porque nada tiene mejor gusto que la BigMac", escribe McDonald's sobre la venta, que concluye el 11 de febrero.
McDonald's se desvinculó la semana pasada de su presidente, Don Thompson, con el deseo de relanzar las alicaídas ventas, mientras afronta la ruda competencia de sus rivales en Estados Unidos, su principal mercado.
La concurrencia a sus restaurantes disminuyó un 3,6% en todo el mundo el año pasado y el retroceso de las ventas continuó en enero, anticipó el grupo.
McDonald's, además, se vio afectado por problemas sanitarios en Asia o ciertos factores geopolíticos en Europa, principalmente en Rusia.
La empresa intentó relanzarse, por ejemplo, simplificando su menú en Estados Unidos, donde pasará de 16 a 11 ofertas.
Foto: AFP