De las cajas de la suerte, 69 tienen cinco billetes de verdad de 10 euros y otros tantos de 20 euros; una decena, cinco billetes de 20, 10 de 50 y uno de 100 euros; mientras que la otra contiene toda la caja de billetes reales: 20.580 euros.
"Queríamos hacer algo único y cuando preguntamos a los franceses responden que lo que más ilusión les haría es encontrar billetes reales en las cajas de Monopoly, es el sueño de la gente", explica a la agencia AFP la jefa de marca Hasbro en Francia, Florence Gaillard.
La campaña, que solo concierne a Francia, comenzó el lunes, cuando los juegos con premio salieron de un taller cerca de la pequeña localidad de Creutzwald, en el noreste deFrancia, donde se almacenantodosantes su distribución entre los minoristas franceses. Hasbro contrató a un notario para contar y recontar los billetes reales. "Cuando me lo pidieron me emocioné como un niño, cuenta a The Guardian el notario en cuestión, Patrice Wimmer, aficionado al juego.
No es nada fácil que te toque, ya que al año se venden 500.000 juegos en Francia y los 80 con premios están repartidos en una remesa de 30.000, entre las ediciones clásica, junior, electrónica, imperio y vintage, esta última inspirada en la primera de 1935. A ojo, los que llevan euros de verdad inflan un poquito la caja, pero muy poquito. Al peso, la diferencia es imperceptible.
No es la primera vez que el Monopoly lanza campañas conmemorativas con cambios en su moneda. Cuando cumplió 100 años, sustituyó los billetes por tarjetas de crédito.
Lanzado en 1935 por Charles Barrow, un ingeniero estadounidense, en paro y arruinado en el crack del 29, se han vendido desde entonces más de 275 millones de ejemplares en el mundo y se distribuye en 111 países y 43 lenguas.
"Las reglas son simples, todo el mundo las conoce y todo el mundo puede jugar", cita Gaillard entre las razones del éxito del Monopoly, que consiste en hacer operaciones inmobiliarias y arruinar al contrario y que fue prohibido en la Unión Soviética por hacer proselitismo del sistema capitalista.