HONOLOLÚ, 29 agosto 2008 (AP).- Dos hombres que cruzaron el Pacífico en tres meses con una balsa hecha de botellas de plástico finalizaron su travesía el miércoles con una llegada triunfal a Honolulú.
El objetivo del viaje era conscientizar sobre la basura que se tira al océano.
"Lo logramos", gritó Marcus Eriksen a una veintena de personas que se reunieron para recibirles en el puerto de Ala Wai. "¿Donde está la comida?", preguntó.
Eriksen y su compañero Joel Paschal llegaron bronceados, hambrientos y sucios. Sus amigos les recibieron con comida y cerveza para celebrar el final de un viaje de cuatro mil 184 kilómetros (dos mil 600 millas) sobre una balsa de escombros llamada "Junk" (Basura).
"Nos acostumbramos a comer pescado y mantequilla de cacahuete"
Eriksen, 41 años
Ambos marineros partieron de Long Beach, California, el día 1 de junio. La balsa, de más de nueve metros (30 pies) de largo, está hecha con 15 mil botellas de plástico y un camarote construido con fuselaje de un avión.
Los viajeros se dieron cuenta en el mar de que navegaban más despacio de lo previsto y tardarían más de seis semanas en llegar a su destino.
"Tuvimos que racionar nuestra comida durante un tiempo"
Paschal, 32 años