martes, 26 de agosto de 2008

Ser feliz reduce el riesgo de tener cáncer de mama

ISRAEL, 26 agosto 2008 (GDA - BMC).- Las mujeres optimistas y que no han sufrido grandes tragedias en su vida tienen hasta 25% menos riesgo de sufrir un cáncer de mama, según un estudio publicado en el último número de la revista "BMC Cancer".

Expertos de las universidades Ben-Gurion y Haifa, en Israel llegaron a esta conclusión luego de entrevistar a 622 mujeres menores de 45 años. De ellas, 255 tenían diagnóstico de cáncer de mama y 367 eran sanas.

Los investigadores les preguntaron si habían vivido tragedias o pérdidas importantes, incluyendo divorcio o muerte de alguno de los padres antes de cumplir 20 años, muerte del marido o de un pariente cercano, divorcio, una crisis financiera, pérdida de un trabajo o una enfermedad severa sufrida por ella o por un pariente cercano.

Las mujeres debieron responder sobre sus sentimientos respecto de estos eventos y cómo los enfrentaron. Además, se les preguntó sobre su sentimiento general de felicidad y satisfacción con la vida.

El resultado es que los sentimientos de felicidad y optimismo tienen un efecto protector, dicen los autores. Y si bien destacan que haber entrevistado a las mujeres después de su diagnóstico de cáncer de mama podría haber teñido su evaluación de los hechos del pasado, destacan que "cautelosamente podemos decir que experimentar más de un evento significativo en la vida es un factor de riesgo de cáncer de mama entre las mujeres jóvenes".

Según el estudio, quienes habían experimentado dos o más crisis en la vida tenían 62% mayor riesgo de cáncer que aquellas que no habían sufrido ninguna tragedia Aunque otros estudios han relacionado el estrés con un alza en el riesgo de cáncer de mama, el mecanismo por el cual esto ocurriría no se ha establecido.

Expertos también plantean que las mujeres bajo estrés tienen más posibilidad de recurrir a conductas poco saludables, como fumar y alimentarse mal.

Los investigadores israelitas concluyen en su estudio que "las mujeres jóvenes que han sufrido una pérdida en su infancia, y en especial aquellas que han estado expuestas a varios eventos de este tipo, debieran ser consideradas como un grupo de riesgo y recibir un tratamiento acorde con esto".

Si más investigaciones demuestran una relación entre felicidad y salud, "deberían desarrollarse iniciativas de prevención relevantes", agregan los expertos.