lunes, 22 de septiembre de 2008

Cierran el famoso Yankee Stadium

NUEVA YORK, 21 septiembre 2008 (AP, Fox Sports).- Después de tantos campeonatos memorables en el célebre Yankee Stadium, los Yankees de Nueva York juegan el último juego en el estadio con más historia que cualquier otro en la historia del béisbol y quizás de cualquier otro deporte en Estados Unidos.

Mariano Rivera terminó lo que Babe Ruth comenzó hace 85 años y los Yankees le dijeron adiós a su parque con una victoria de 7-3 sobre los Orioles de Baltimore para eludir la eliminación, al menos por un día más.

Derek Jeter fue retirado con dos outs en la novena entrada y trotó hacia fuera del terreno de juego en medio de vítores. Luego salió de la caseta para recibir una emotiva ovación de los aficionados.

Pero en una hermosa noche en el Bronx que esparció historia y nostalgia, los Yankees no quisieron estropear la gran fiesta.

Johnny Damon y el puertorriqueño José Molina pegaron de jonrón para apoyar a Andy Pettitte (14-14), quien tuvo la dicha de ganar luego de ayudar a Nueva York a conseguir cuatro títulos de Serie Mundial y seis banderines de la Liga Americana entre 1996 y el 2003.

Joba Chamberlain trabajó una entrada y dos tercios sin anotación, mientras Rivera cerró el último partido en el Yankee Stadium. Los Yankees se mudarán el año próximo a un estadio palaciego de 1.300 millones de dólares al otro lado de la calle.

Así que todo terminó como debió, luego de que Babe inauguró el parque el 18 de abril de 1923 con un jonrón en la victoria 4-1 sobre los Medias Rojas que puso a los Yankees en la ruta del primero de los 26 campeonatos en la Serie Mundial para establecer marca en las mayores.

Nueva York finalizó con foja de 4.133-2.430-17 en el Yankee Stadium, construido originalmente en 284 días con una inversión de 2,5 millones de dólares. El parque fue la primera instalación deportiva que recibió el nombre de estadio, señaló el equipo.

"Siento que pierdo a un viejo amigo", dijo Reggie Jackson. "Qué bueno que estuve aquí".

Después de una remodelación considerable a mediados de la década de 1970, el Yankee Stadium luce muy diferente a los tiempos en que Lou Gehrig y Joe DiMaggio encadenaron una dinastía tras otra hace varias décadas.

Pero es el mismo parque, el mismo terreno -- y la historia late aquí.

"Creo que fue más la gente que el estadio", dijo el otrora astro de los Yankees Bernie Williams. "La gente habla mucho de la magia y del aura, pero lo que realmente creó al estadio fueron los aficionados. El concreto no le responde a uno. Las butacas no contestan. Es la gente que está aquí, esa raíz que te retiene día con día, eso es lo que vuelve mágico este lugar".

Los aficionados fueron invitados a permanecer en sus asientos para la celebración posterior al partido.

La ceremonia de 65 minutos antes del encuentro comenzó con un mensaje grabado por el nonagenario locutor del estadio Bob Sheppard, quien estuvo ausente esta temporada por convalecer de una enfermedad. Sheppard, quien comenzó en ese puesto en 1951, expresó la esperanza de regresar el año venidero en el nuevo parque.

Los jugadores de los dos equipos permanecieron de pie frente a la caseta para presenciar la presentación uno tras otros de astros de antaño de los Yankees. Estos tomaron sus lugares ataviados como antes con uniformes de color hueso elaborados con lana auténtica y la franela típica del béisbol, de acuerdo con las etiquetas.

Berra fue uno de los seis Yankees en el Salón de la Fama que se personaron en el terreno. Por los grandes peloteros ya idos, como Phil Rizzuto, Thurman Munson, Elston Howard y Roger Maris, asistieron sus parientes.

Don Larsen, quien lanzó un juego perfecto en la casa de los Yankees en la Serie Mundial de 1956, recogió tierra del montículo con una cuchara de plástico con la ayuda de Whitey Ford.

La escena fue una de las numerosas imágenes nostálgicas en la noche del domingo, que sólo fueron posibles en el Yankee Stadium.