GINEBRA, 20 septiembre 2008 (BBC).- El Gran Colisionador de Hadrones (LHC, por sus siglas en inglés) que comenzó a funcionar hace diez días bajo los Alpes estará fuera de servicio durante dos meses por un problema técnico, informó el Consejo Europeo para la Investigación Nuclear (CERN, por sus siglas en francés).
Los científicos descubrieron la avería el viernes, cuando notaron una pérdida de helio líquido en el túnel donde se encuentra el LHC.
Según un vocero del CERN, el daño sufrido por el acelerador de partículas es peor de lo que se pensó inicialmente.
El LHC está diseñado para acelerar protones -pequeñísimas partículas subatómicas- a velocidades extremadamente rápidas, recreando de esta manera las condiciones en que se encontraba el universo fracciones de segundo después del Big Bang, hace más de 13.000 millones de años.
Los investigadores esperan que este experimento les permita comprender en mayor profundidad los problemas fundamentales de la física.
"Estamos haciendo una investigación detallada, pero la causa más probable parece ser una falla en la conexión eléctrica entre dos imanes que probablemente se derritieron, generando una falla mecánica"
James Gillies, CERN
El viernes, la falla provocó que cerca de cien imanes fríos del LHC se calentaran hasta alcanzar una temperatura de 100º centígrados.
Después de que una tonelada de helio líquido se desparramó en el túnel que aloja al LHC, los investigadores llamaron a la brigada de bomberos. James Gillies, portavoz del CERN, dijo que el sector dañado debía ser entibiado primero para que se puedan llevar a cabo las reparaciones.
Si bien las averías en ningún momento representaron un peligro para el público, los arreglos serán costosos, dijo Gillies.
"Estamos haciendo una investigación detallada, pero la causa más probable parece ser una falla en la conexión eléctrica entre dos imanes que probablemente se derritieron, generando una falla mecánica. Por el momento no podemos decir nada más"
Gillies
Antes de que el LHC entrara en funcionamiento, algunos críticos manifestaron su preocupación de que el poder concentrado en el LHC genere pequeños agujeros negros que podrían destruir el Universo. Los científicos rechazan esos temores, arguyendo que han realizado extensas pruebas de seguridad. Dicen que si algunos agujeros negros fueran creados estos desaparecerían en un instante.
El proyecto ha tomado 20 años de preparación, ha costado US$7.000 millones y en él han participado unos 10.000 científicos de 70 países.
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