NUEVA YORK, 28 enero 2009 (Reuters).- Olvídate de contar ovejas, tira las pastillas para dormir y no te moleste en beber un vaso de leche caliente: un buen remedio para las mujeres que no pueden dormir es un matrimonio feliz.
Un equipo de investigadores de la Universidad de Pittsburg ha descubierto que las mujeres que son felices con sus maridos o parejas tienen menos problemas para dormir que las que están solteras.
Las preocupaciones económicas, el consumo de alcohol y cafeína y la constancia en sus relaciones sexuales no influyen tanto en conseguir ocho horas de sueño diarias.
"Nos dimos cuenta de que las mujeres felizmente casadas se quejan menos de alteraciones en el sueño, lo que incluye dificultades a la hora de dormirse, despertares durante la noche, despertares temprano y un sueño inquieto, comparado con las mujeres que no presumen de un matrimonio feliz", explicó Wendy Troxel, una profesora asociada de psiquiatría al frente del estudio.
Las mujeres se suelen quejar más de dificultades para dormir que los hombres, pero gran parte del estudio se ha centrado en cómo problemas masculinos para dormir como roncar o la apnea del sueño afectan a sus mujeres.
Troxel y su equipo abordaron el problema de otra manera. Entrevistaron a 1.938 mujeres con edades comprendidas entre los 42 y los 52 años con diferente origen étnico en siete de grandes ciudades de EEUU para investigar la relación entre la felicidad matrimonial y el sueño.
También estudiaron otros factores que podían contribuir al insomnio, como síntomas depresivos, apuros económicos y situaciones laborales, el consumo de alcohol y cafeína, los niños y la actividad sexual.
"Los resultados mostraron que incluso después de tener en cuenta todos estos factores que son conocidos por cómo afectan al sueño, el nivel de felicidad matrimonial surgió como un factor de riesgo independiente para la existencia de irregularidades en el sueño", afirmó en un comunicado Troxel, que informó sobre el descubrimiento en el diario Behavioral Sleep Medicine.
Las mujeres caucásicas y afroamericanas se mostraron más quejumbrosas que las japonesas, las latinas y las chinas, a la vez que las caucásicas y las japonesas fueron las que dijeron estar más felices en sus matrimonios."Estar felizmente casada se asoció con una cantidad menor de problemas de insomnio, incluso habiendo tenido en cuenta la medicación para el sueño", explicó Troxel a Reuters.
En el estudio participaron mujeres afroamericanas de Boston, Chicago, Detroit y Pittsburg, chinas de Oakland y California, japonesas de Los Ángeles y latinas de Newark.