miércoles, 24 de marzo de 2010

Monos babuinos arrasan con cultivos vitícolas en Sudáfrica




JOHANNESBURGO, 24 marzo 2010 (AP).— Al parecer, los babuinos prefieren el pinot noir, aunque no les desagrada el chardonnay.

Cientos de estos monos salvajes logran eludir las cercas eléctricas para llegar a los viñedos en la zona vitícola de Sudáfrica, donde devoran las uvas, dijo Justin O'Riain, de la Universidad de Ciudad del Cabo.

Los vinicultores han recurrido a dispositivos que emiten ruido y a la colocación de serpientes de hule para tratar de ahuyentar a los babuinos durante la temporada de cosechas.

"Hasta donde se sabe, la combinación de almidones y azúcar resulta muy atractiva para los babuinos, y esos son los compuestos principales de la uva", dijo.

Los viticultores dicen que los primates muestran predilección por las dulces uvas pinot noir, lo que agrava los daños causados a los cultivos. El pinot noir se vende más caro que el merlot o el cabernet sauvignon.

"Ellos prefieren los mejores racimos, y luego ve uno otros que dejaron abandonados en el piso. Si uno los prueba, se dará cuenta de que son los amargos", dijo Francois van Vuuren, administrador de granja en los viñedos La Terra de Luc, unos 80 kilómetros (50 millas) al este de Ciudad del Cabo. "Se comen las uvas más dulces y dejan las demás".

Los babuinos han devorado parte de los viñedos sudafricanos en el pasado, pero los productores dicen que este año es peor que los anteriores, porque los monos han perdido las áreas habituales donde se alimentaban, debido a los incendios forestales y a la expansión de las áreas para cultivar la vid.

De una cosecha de 10,89 toneladas métricas, hasta 500 y 600 kilogramos se pierden en La Terra de Luc por los babuinos.

Tan sólo en el área vinícola de Constantia, hasta 34.800 dólares de cultivos se perdían anualmente, de acuerdo con la Unidad Investigadora de los Babuinos.

Una granja, La Petite Ferme, fue particularmente afectada después de que los incendios en la región productora de Franschhoek devastaron grandes extensiones de tierra, arrasando con las zonas donde los babuinos solían alimentarse. Los primates descendieron después en el cultivo de chardonnay, comiendo o destruyendo hasta tres toneladas de uvas.

La Petite Ferme suele producir entre 12 y 15 barriles anuales de chardonnay, pero en esta temporada sólo produjo tres, dijo el administrador de la granja, Mark Dendy-Young.

"Fue una mala época", consideró.

Algunas veces, los babuinos, conocidos en algunos lugares también como papiones, pueden incluso embriagarse, al devorar la piel de las uvas que se han fermentado con el sol. No es raro ver a los animales que avanzan tambalearse antes de tirarse a dormir bajo alguna sombra.

Durante la temporada de cosechas, de enero a marzo, los vinicultores colocaron medidas de protección. Algunos tratan de ahuyentar a los babuinos al hacer sonar cuernos llamados "vuvuzelas", normalmente utilizados por los aficionados al fútbol en Sudáfrica.

Las vallas eléctricas normalmente no funcionan, porque los babuinos pueden cavar por debajo de éstas o pasar por arriba, colgándose de los árboles para llegar a los viñedos, dijo O'Riain.

Los monos también encuentran puntos vulnerables de la cerca. Si reciben algún choque eléctrico emitirán algún grito, pero volverán al día siguiente, añadió.

Como otros gerentes de granja, Van Vuuren ha notado que los babuinos siguen un horario, y llegan normalmente a las 10:00 de la mañana.

"Cada día, ellos llegan al mismo tiempo... la gente persigue a los babuinos, hace sonar las vuvuzelas y los persigue hacia las montañas, pero algunas veces, ellos sólo se alejan unos metros y se quedan sentados, mirándote".

Sakkie Lourens, encargado de cuidar la granja Cabriere, utiliza serpientes de hule para asustar a los babuinos.

"Las pongo donde están los viñedos, y desde entonces no he visto a un solo babuino", dijo.