BUENOS AIRES, 10 de abril 2010 (EFE).- La decisión del Ministerio de Educación de Argentina de autorizar que los partidos del Mundial de Futbol de Sudáfrica 2010 puedan ser vistos en las escuelas desató una fuerte polémica en el país sudamericano.
El ministro de Educación argentino, Alberto Sileoni, dio su visto bueno para que en los colegios puedan verse aquellos partidos en los que intervenga la selección de Argentina y argumentó que el Mundial "es una fiesta con un gran efecto pedagógico".
"Es un hecho cultural muy importante. Negarlo sería negar una realidad porque el partido se verá en las oficinas, en dependencias públicas, así que está bien que entre en las escuelas", alegó Sileoni en declaraciones a medios radiales.
El ministro explicó que la cartera que preside prepara en colaboración con la Asociación del Futbol Argentino material pedagógico "que se lanzará con algunos jugadores de la selección".
Sileoni argumentó además que "ver el partido en la escuela significa invertir dos horas de la clase", mientras que si los chicos no van al colegio para quedarse en sus casas a ver los partidos, perderán "seis horas" de clases.
Pero no todos comparten esta iniciativa oficial. El ministro de Educación de la provincia de Buenos Aires, Mario Oporto, sostuvo que la posibilidad de ver los partidos en las escuelas no generará "un hecho pedagógico".
"No creo que como consecuencia de un partido vayamos a generar un hecho pedagógico y los chicos vayan a aprender", opinó en declaraciones a medios radiales.
"Lo más sensato es que en la escuela no se vea el partido y entendemos que muchos chicos no van a concurrir en el horario del partido", dijo el ministro bonaerense, quien pese a su opinión dará libertad a cada escuela para que se organice "como le resulte mejor" durante el Mundial.
Para el presidente de la Fundación Centro de Estudios en Políticas Públicas, Gustavo Iaies, la autorización oficial no puede justificarse desde lo pedagógico, ya que los alumnos, al dedicar ciertas horas a los partidos, resignarán el aprendizaje de ciertos contenidos.
"Los chicos dejarán de trabajar durante esas horas en los contenidos que deben aprender. Cuando miren el Mundial, prestarán atención al juego, a los resultados, a las hinchadas. Como cualquier persona, deberán recuperar el tiempo que iban a dedicar para cumplir con sus obligaciones", opinó en un artículo publicado en el diario La Nación, de Buenos Aires.
Pero hay autoridades educativas que ven en el Mundial una oportunidad de aprendizaje a partir de un tema que atrae a los alumnos.
"Los temas que son de interés de los chicos pueden transformarse en situaciones pedagógicas importantes. No sólo se sentarán a compartir la fiesta popular que representa el futbol, también se sugerirán actividades relacionadas con el valor del deporte", dijo la ministra de Educación de la provincia de Santa Fe, Elida Rasino.
Para Silvina Gvirtz, experta en Educación y directora de la maestría en Educación de la Universidad de San Andrés, lo "ideal" sería que el Ministerio de Educación "no alentara ni desalentara" la exhibición de los partidos en las escuelas y "que permitiera que cada colegio pudiera tomar una decisión".
"Si Argentina está en la semifinal, es una situación que genera identidad y sería extraterrestre no ver el partido en la escuela. Pero si es el primer partido de la Argentina en el Mundial, tal vez corresponde que el chico tenga una falta y que asuma su responsabilidad, lo cual también es educación", señaló la experta.
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