viernes, 25 de junio de 2010

Como actúas depende de lo que tocas

BOSTON, 25 junio 2010 (El Universal / Science).- Las características físicas de lo que tocamos pueden influir en como percibimos al mundo y como interactuamos con los demás, según un estudio de psicólogos estadounidenses publicado en la revista Science.

Sostener un currículo presentado en un fólder rígido podría dar más posibilidades al aspirante a lograr un puesto, ya que el peso se relaciona metafóricamente con la seriedad.

Los científicos entregaron dos tipos de carpeta a los entrevistadores de un proceso de selección de personal.

Los que recibieron la carpeta más pesada juzgaron mejor a los candidatos y calificaron su propio trabajo como más importante que los que recibieron el soporte más ligero.

La idea del "conocimiento corporal", que señala que el entorno físico influye en el pensamiento, no es nueva.

En 2008, investigadores encontraron que el simple hecho de sostener una taza de café caliente puede hacer que se perciba a las personas como más cálidas.

La nueva investigación realizada por psicólogos de la Universidad de Harvard, el Instituto de Tecnología de Massachusetts (MIT) y la Universidad de Yale encontraron que el tamaño y textura de los objetos determina el comportamiento en muchos sentidos.

Los autores señalaron que el tacto es el primer sentido que desarrolla el ser humano, al entrar en contacto con la madre, y puede continuar siendo el pilar sobre el que se asientan los juicios sociales.

Según Christopher Nocera, del Departamento de Psicología de Harvard y coautor del estudio, "las personas asumen que la exploración de cosas nuevas se produce principalmente a través de los ojos" pero aseguran que el ser humano realiza una abstracción metafórica asociando a lo que siente por primera vez.

Un beso, un apretón de manos al conocer a alguien, "pueden tener una influencia crítica, de manera inconsciente", señaló.

Medita el lugar para negociar

En el nuevo estudio, Joshua Ackerman, un psicólogo del Instituto de Tecnología de Massachusetts, en Cambridge, y sus colegas estudiaron los efectos de la textura y la dureza sobre la forma en que percibimos el mundo.

En un experimento, el equipo pidió voluntarios para armar un rompecabezas, dándole a la mitad de ellos piezas lisas y al otro grupo piezas cubiertas de papel de lija.

Después pidió que describieran en un párrafo su interacción con dos personas luego de armar el rompecabezas. Con una persona hubo una discusión y con la otra se bromeó.

Los participantes que armaron el rompecabezas de lija calificaron el intercambio de palabras como más contradictoria y competitiva que los que armaron el de piezas lisas.

Los psicólogos concluyeron que hay una asociación entre la rugosidad y la fricción social. Por eso tiene sentido que las personas que manipulan objetos rugosos tiendan a percibir el mundo más difícil y sean menos colaboradores, dijo Ackerman.

Los autores aseguraron que el control del entorno táctil "será especialmente importante para los negociadores, los encuestadores, los que demandan empleo, y otras personas interesadas en la comunicación interpersonal", como los publicistas.

Con lo que el uso de "tácticas táctiles" se perfila como una nueva herramienta estratégica para las comunicaciones y la influencia social.

Otro de los experimentos fue hacer una simulación de una negociación sobre el regateo del precio de un automóvil nuevo utilizando sillas de diferente dureza y flexibilidad.

La investigación concluye que los que se sentaron en sillas con menos movimiento fueron más agresivos en su oferta y menos flexibles con su interlocutor y consideraron a su adversario de manera menos emocional.

En cuanto a la dureza, entregaron una manta suave o un bloque de madera a un grupo de empleados antes de contarles una historia sobre una situación laboral ambigua entre un supervisor y un empleado.

Los que recibieron el bloque de madera fueron más estrictos y rígidos con el empleado que el resto.

Noceda reconoció "el irrefutable poder informativo de la visión", pero aseguró que cuando uno se enfrenta a un desconocido suele acercarse con un brazo extendido y una mano abierta, preguntando "¿Puedo ver eso?".

"Esta respuesta sugiere que la investigación no se limita a la visión, sino más bien la suma de integración de ver, sentir, tocar y manipular el objeto desconocido", aseguró.

Nocera dirigió la investigación con Joshua M. Ackerman, profesor asistente de marketing en la Sloan School of Management del MIT, y John A. Bargh, profesor de psicología en Yale.