LONDRES, 20 agosto 2010 (AFP).- ¿Los ingleses maleducados? ¡Caramba! Sin embargo, algunos británicos están convencidos de ello y han decidido enseñar buenos modales a sus compatriotas para que reciban con sonrisas y cordialidad a los extranjeros que llegarán para los Juegos Olímpicos de Londres 2012.
Antes de la gran cita deportiva de Pekín hace dos años, las autoridades chinas lanzaron una campaña nacional para enseñar a sus ciudadanos a "comportarse correctamente": no escupir en público, no abrirse paso a codazos para subir al autobús eran sólo algunas de las recomendaciones.
Una campaña de este tipo no debería ser necesaria en el Reino Unido, considerado a menudo como la nación del civismo e inventor del 'fair-play'. Falso, viene a decir Peter G. Foot. Este septuagenario con maneras de Lord es el presidente de la organización "National Campaign for Courtesy" (Campaña Nacional por la Cortesía)."Tenemos que mejorar nuestros modales si queremos que los visitantes se lleven una buena opinión de este país", explicó a la AFP.
"Nuestra conducta es peor que antes", agregó en un inglés impecable. "Antes solíamos hacer cola en la parada de autobús y ahora es una lucha. Tiramos basura al suelo. Entramos en una tienda donde nos ignoran, mientras dos vendedoras continúan hablando del chico con el que salieron la noche anterior".
Londres fue declarada en marzo pasado "ciudad menos cortés del Reino Unido" en un estudio realizado por el grupo hotelero Jurys Inn. Y con la llegada prevista de un millón de personas para los Juegos, Foot no quiere que su país sea crucificado por sus "bad manners".
"Empezamos nuestra campaña ahora para asegurarnos de que todos los visitantes extranjeros consideren que se les trata con respeto", dijo. Con sus escasos medios -la asociación sólo tiene 900 miembros-, Foot trata de "difundir el mensaje en radios y televisiones" y entrega regularmente "certificados de buena conducta" a personas ejemplares.
El conductor de autobús que "canta canciones y reparte caramelos a los pasajeros", el empleado de correos "tan servicial" o las recepcionistas que "ofrecen té" a las personas que esperan, todos ellos tuvieron un día la sorpresa de ver llegar a Foot con su certificado.
El mensaje es de lo más sencillo: "sonría, diga gracias y por favor", resume el presidente. "Me gustaría que los visitantes que bajen del avión recibieran una cálida bienvenida. Igual en los taxis, tiendas, restaurantes, pubs", etc. Este también es el objetivo que se ha fijado VisitBritain, la agencia británica de turismo, que acaba de lanzar una guía para evitar las meteduras de pata con los extranjeros.
"Nunca llame americano a un canadiense"; "No haga preguntas personales a un brasileño"; "No se ofenda por el humor argentino, que puede atacar ligeramente su ropa o su peso"; "No guiñe el ojo a alguien de Hong Kong; "Cuando conozca un mexicano, es mejor no hablar de pobreza, de inmigrantes ilegales, terremotos o su guerra de 1845/46 con EEUU", son algunos de los consejos.
Sandie Dawe, directora general de la agencia, recuerda que los "visitantes extranjeros gastan más de 16.000 millones de libras (19.000 millones de euros) anuales en el Reino Unido. Ofrecerles una buena acogida es absolutamente vital para nuestra economía".
Consciente también de los beneficios financieros potenciales, el alcalde, Boris Johnson, tiene intención de reclutar 8.000 voluntarios para recibir a los visitantes en aeropuertos, estaciones y lugares de interés turístico de la capital. ¿Cuál será la característica principal de estos "embajadores"?. "Ser el rostro sonriente, feliz y orgulloso de Londres", declaró el mandatario municipal al lanzar el programa a finales de julio.