viernes, 20 de agosto de 2010

Otra "japonesa centenaria" estaba muerta

TOKIO, 20 agosto 2010 (BBC).- Tenía 104 años según el registro oficial de longevos en Japón, pero en realidad había muerto hacía una década. Su hijo la tenía oculta en una mochila en su casa de Tokio.
El hijo, de 64 años de edad, declaró a la policía que su madre había fallecido nueve años atrás y se justificó diciendo que mantuvo el cadáver oculto porque carecía de medios para pagar un entierro.
El hallazgo fue resultado de una campaña emprendida por las autoridades después de que se descubriera que el hombre más longevo del país en realidad llevaba 30 años muerto.
Según los registros oficiales, son más de 40.000 los japoneses por encima de los 100 años. Pero alrededor de 200 permanecen en paradero desconocido.
El corresponsal de la BBC en Tokio Jonny Hogg informa que se sospecha que las "desapariciones" están relacionadas con el cobro fraudulento de pensiones por parte de los familiares de los ancianos.

"Le rompí los huesos"
"Murió en casa alrededor de junio de 2001. Lavé el cuerpo en la bañera, le rompí los huesos y luego la puse dentro de una mochila", declaró el hijo de la anciana.
La prensa local informó el hombre es objeto de investigación por "daños delictivos" en un cuerpo humano y por haber percibido ilegalmente una pensión.
La esperanza de vida de las mujeres japonesas es de 86 años, mientras la de los hombres es de 79.
Como señalan agencias de noticias, el sistema de pensiones en Japón fue centro de un escándalo en 2007, cuando se perdieron los expedientes de las contribuciones de 50 millones de japoneses.
El escándalo fue un revés para el entonces primer ministro Shinzo Abe, quien acabó dimitiendo en septiembre de ese año.

Japón: hallan los huesos de una centenaria que creían viva en la mochila del hijo

TOKIO, 20 agosto 2010 (Los Andes online).- La campaña lanzada por todo Japón para censar a los centenarios desembocó en un nuevo descubrimiento macabro: los restos de una mujer que se suponía tenía 104 años permanecían en la mochila de su hijo desde hacía diez años.

Hace algunas semanas, cuando funcionarios municipales fueron a felicitar a un anciano por su 111º aniversario, se encontraron con que éste había muerto hacía más de 30 años y que sus restos estaban arriba de su cama. Lo mismo ocurrió con otra mujer a la que fueron a felicitar y descubrieron que no da señales de vida desde 1986, aunque ni su hija sabe si sigue viva.

Desde ese entonces se encargó a las municipalidades que verificasen que las personas registradas con más de 100 años estuvieran vivas. Según los primeros resultados de la investigación, más de 300 habrían "desaparecido", probablemente muertas desde hace lustros.

Algunas familias son sospechosas de haber omitido voluntariamente declarar sus muertes para continuar recibiendo la pensión de jubilación.

El último caso de éstos, señalado el viernes por los medios de comunicación japoneses, fue el hallazgo por la policía de Tokio de los restos en la mochila de su hijo de una mujer que se suponía tenía 104 años.

El hijo, de 64 años de edad, declaró a los investigadores que su madre había muerto hacía 9 años, pero que no tenía el dinero necesario para pagar su funeral.

"Murió en casa alrededor de junio de 2001", dijo. "Conservé su cadáver un tiempo, luego lo lavé en la bañera y le rompí los huesos para meterlos en una mochila".

"Como no tenía dinero para el funeral, no declaré su muerte", afirmó a la policía, según el periódico Sankei Shimbun.

Según la agencia de prensa Jiji y otros medios, la policía abrió una investigación por mutilación y fraude a las pensiones de jubilación.

Durante estos tres últimos años, la municipalidad había enviado a la difunta regalos de cumpleaños por un valor de 150.000 yenes (1.350 euros).

En Japón, es tradición hacerle regalos a los centenarios por su cumpleaños.

El archipiélago cuenta con más de 40.000 centenarios en una población de 127 millones de habitantes, que bate los récords de longevidad: 88,4 años para las mujeres, primer lugar en el mundo, y 79,59 años para los hombres, quinto lugar.